lunes, 2 de septiembre de 2019

A DOMINGO RODRÍGUEZ RIVERO, "EL HURÓN"

Ayer, sin más, recibí una mala noticia. Seca... escueta. Valgan verdades, me dolió en lo más profundo de mi alma. La noticia, procedía de la isla de La Gomera: “Domingo Rodríguez, popularmente conocido como “El Hurón”, había fallecido, a los 94 años... 

Recuerdo perfectamente, aquella tarde noche en que lo conocí, de la mano de mi amigo Antonio Acosta “El Puncha”, quien atendiendo una petición que le hice, para que me localizara solistas en la isla de La Gomera, me presentó a un señor, bajito, huesudo, trajeado y tocado con un sombrero gastadillo por el paso de los años y el uso. Era, Dominguito Rodríguez Rivero. Llegaba con una sonrisa de oreja a oreja, "privao" su juicio, endomingadito, picando unos 80 años, pleno de energía y desbordando alegría. … 

A la vuelta de cada desplazamiento, el Puncha, me soplaba un nombre... Una vez, me dijo ahí te va otro buen ejemplar: Cecilio Aguilar. Te puedo decir que es un todo terreno: folías, malagueñas, isas y, además, tiene buenas dotes para una porfía de polcas piconas o de dos rombos... No se equivocó el amigo Puncha, Cecilio, era un puntal y por ello, en repetidas ocasiones lo invité a participar en “La Bodega de Julián”... También memorizo aquella ocasión que, en el mismo corazón de la capital gomera, coincidieron, con motivo de las fiestas lustrales del 2005, Domingo Rodríguez y Cecilio Aguilar.  Pero también Dominguito participó en otras Bodegas de Julián, que se celebraron en Gran Canaria, en el Real Club Victoria y enTegueste, Tenerife. 

Foto: Alfredo Ayala y Domingo "El Hurón"

Domingo, era, y se lo dije, de otra "echaúra". Tenía temple, estilo inconfundible y era un amigo de ley. Otras veces, en su isla coincidimos. Siempre estuvo cercano. Era lo que había aprendido de sus padres y era lo que transmitía... Pero ayer, como decía el inolvidable Juan Quintana “El Claca”, se le acabó el vivir... Se apagó su voz y se perdió un valioso archivo. 

El sepelio en Playa de Santiago, fue como un homenaje. No faltó la música de la tierra y las folias al recuerdo, lo acompañaron. 

Decía el poeta: ¡¡que solos, se quedan los muertos...!!  Pero tú, no. Tu estarás siempre acompañadito, armando la parranda en el paraíso... 

Descansa en paz querido amigo. 

ALFREDO AYALA OJEDA

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