miércoles, 26 de noviembre de 2014

LA BODEGA DE JULIÁN: LOS FAYCANES Y SERGIO CABRERA




REGRESO A UN AYER CERCANO

Ha cambiado el tiempillo y el fresquito, qué quieren que les diga, me acobarda… Afortunadamente, todo o casi todo, tiene remedio. Así que como disfruto alongándome al barranco y enseñorearme con el paisaje y verlo correr de banda a banda, preparé mi cafetera de calcetín, me equipé hasta los ojos, me jinqué mi cachorro, me emburujé en una gruesa manta y me acomodé en mi mecedora… Balanceándome, acurrucaíto, debí quedarme traspuesto y entre sueños y nostalgias de un ayer cercano dio marcha atrás mi tino, desempolvando el recuerdo dormido de aquellos primeros tiempos de infancia…

Viví algunos años en la calle Ángel Guimerá, en Las Palmas de Gran Canaria. Concretamente, en lo alto de la actual panadería del Pino, frente por frente a donde se “hacía”, el Carnet de Identidad. Estaba rodeado de modestas finquitas de alfalfa, millo, plataneras… En ese tiempo viví, aquella terrible plaga del cigarrón berberisco en esa zona… Recuerdo que mis tíos, desde Venezuela, me habían enviado un lujoso cinturón que me vino de perlas, para darles cintazos en mi particular guerrilla contra esa plaga. Con él hacía hondas en el aire y las langostas caían una tras otra por el tragaluz de la casa, donde se iban amontonando. Bruno, el panadero, me daba un saco de harina y allí las metía y le pegaba fuego en un solar próximo…

Cerquita de casa estaban los cines Carvajal y Colón, hoy engullidos por el progreso y la falta de clientela. Recuerdo que antes de asistir a ver una de las películas toleradas para menores, comprábamos un papelón de chochos, chuflas o un pirulí de estirar,  alquilábamos alguno de los TBO que se exponía en la acera, sobre las baldosas… Salpicados, algunos bares, la heladora de Carmelo y varias casas de tapadillo donde de puertas adentro, las mujeres “de mala nota” que practicaban esta vieja profesión, solían estar atendidas en sus servicios y otros menesteres por algún afeminado.

Un poco más abajo, en pleno centro de la calle del Molino de Viento, vivía mi tía Lola. Ella, con sus hijas Juana María, Lolina y Teresita, tenía, en el zaguán de su casa, un punto de venta de boletos de apuestas de carrera de galgos. A un lado y otro de la calle dos cabarets y distintos bares de copas, cafetines y salas de alterne. Haciendo semiesquina con la calle de Pamochamoso, la fábrica de tabacos “La Favorita”, de Eufemiano Fuentes, donde trabajaron algunas mujeres de la familia. Pegadita a esta fábrica tabacalera, la barbería del “Guirre”, un barbero de los de antes, de los que ya no se estilan…  Un poco más abajo, frente mismo a la tienda de Juan Ramos, una venta de carbón a granel, donde mi abuelo, Juan Rafael Ojeda, de Gáldar él, tocado con su cachorro, perfectamente trajeado se sentaba en una vieja silla. Él, de carácter agrio  solía, a cuantos lo saludaba, soltarles el latiguillo: “Aquí estoy, viendo pasar la vida”… Una vez tras otra, en ejercicio de ostentación, sacaba su reloj de bolsillo “Roskopf Patent“, que tenía sujeto por una brillante leontina de plata....

Se estilaba, nada más salir a la calle, saludar al abuelo y pedirle “la bendición”… “Me da la bendición, Abuelo” y él con un suave toque en la mejilla, respondía: “Dios te haga bueno” y como uno era “ruinito” pensaba pa´mis adentros: “trabajito tiene”.

También era frecuente por esa época tropezarte con los parranderos que recorrían la calle del Molino de Viento interpretando animadas canciones de la época… Tocando, cantando, caminaban en su ruta itinerante, en abanico, por el centro de la calle… Solía ser frecuente que, a requerimiento de alguna prostituta, fuesen invitados al interior de la casa de citas o bares de alterne, donde lo esperaba algún cliente rumboso para que le animaran la fiesta… También, contoneándose, cruzaban la calle algunos personajes de “la cáscara amarga”, a los que se crucificaban con una rociada de calificativos “vaciola”, “afeminado”, “pervertido”, “desviado”, “sarasa”, “maricón”, “mariquita…”

Ser  de “la acera de enfrente”, era grave delito que se castigaba severamente no solo con escarnio público. También, con todo el peso de la ley (escándalo público 1.954) y, posteriormente, con la modificación de dos artículos de la Ley de Vagos y Maleantes en la que se incluyen a los homosexuales que,  en muchos casos, llevaba aparejado el destierro a Tefía, en Fuerteventura, donde se les castigaba con dureza. Bastaba, para enviarlo a Tefía, en esos tiempos de “ordeno y mando” el dedo acusador, el chivatazo, el simple comentario o el rumor para llevarlos al cuartelillo, pegarles una buena entrada de “galletas”, una rociada de insultos y vejaciones y embarcarlos rumbo al Centro Agrícola de Tefía… Era una época en que se entendía que “prohibir era gobernar”… Era una  triste época en que se aplicaba el cachetón y tentetieso…

Recordaba aquella ocasión en que rumbo a Suecia me detuve en las Ramblas catalanas. Saboreaba un bocata de jamón y ojeaba el periódico. Una manifestación (1.976), se anunciaba. Era la primera convocatoria homosexual de la que tenía conocimiento. Me sumé al barullo de gente. No terminó bien. Las patas me llegaron al culo cuando la policía arremetió con dureza contra los manifestantes. Afortunadamente, en una de las numerosas ventitas que flanquean las ramblas, encontré refugio invitado por el ventero que me acomodó en una sillita rodeado de aves domésticas y exóticas, conejos y tortugas hasta que amainó el temporal…

Hoy,  conservo estrecha amistad con distintos homosexuales… Algunos, fueron auténticos reyes de la noche madrileña como es el caso de Félix de Granada o Paco España a los que la dictadura les arruinó la juventud y arrebató la libertad. Cantantes, intérpretes, transformistas, fugaces estrellas que sufrieron los rigores del régimen… También otros muchos como Pedro Daktari, Xayo, o el ya desaparecido  “Juanito el Pionero” a los que invité a distintos programas televisivos… El tiempo, la cordura, va poniendo las cosas en su justo sitio, aunque a veces, algún relumbrón añore los viejos tiempos…

Muchas veces, hablé con Juanito “el Pionero”. Las conversaciones las mantuve en vísperas de carnavales, en el plató de TVEC… Otras, abriendo el carnaval por las calles de la capital. Quizás la más larga la sostuve en su casa, al tiempo que me mostraba la colección de sus trajes guardados celosamente… Juanito, vivía para el carnaval… En cierta ocasión, su oxidada voz, se quebró cuando le pregunté por Tefía… ¡Ay, Ayala! ¡Aquello era inhumano! Me aplicaron la ley de vagos y maleantes… Recluidos, casi no nos daban tiempo para bañarnos… Teníamos que sacar el agua de un pozo… Malcomidos, mal dormidos, maltratados…trabajar sin descanso soportando vejaciones y malos tratos y  mataperrerías de los guardias… El tiempo que estuve allí no se lo deseo ni a mi peor enemigo…

Quedó interrumpido mi sueño. Un zarpazo de agua, invitaba a recogerme y recuperar mi rutina… Y dicho y hecho: empecé a plasmar mi memoria sobre papel...

ALFREDO AYALA OJEDA

¡¡ CORRER LAS TABLAS !!

Mientras este Gobierno de Dios que quita los pecados del mundo y nos empobrece con sus actuaciones, medidas y recortes, con leyes y decretazos que protegen a banqueros y ricachones dejando al pairo a los mismos sufridores de siempre, en la zona cumbrera de la isla de Tenerife, La Guancha, San Juan de la Rambla, los Realejos, Icod de la Vinos, se preparan para un festejo multitudinario en el señalado día de San Andrés, el santo más festivo y alegre de este mes de noviembre. 


La tradición, recuperada o mantenida a lo largo de varios siglos (XVI). La víspera de San Andrés, es todo un acontecimiento que recomiendo a cuantos no la conocen. “Parrandas”, prueba de los nuevos caldos, castañas, papas arrugás, pescao salado y, sobre todo, “correr las tablas” por las pinas calles de San Antonio, Hércules, Plano, Los Franceses, El Sol, Los Saltos, así como en distintos barrios de la zona… 

Esta antigua tradición se fundamenta en la estrecha relación de los antiguos con la madera que, en sus aserraderos cumbreros, talaban y preparaban los gruesos troncos y los deslizaban por las viejas veredas y caminos para llevarlos hasta el casco urbano o al mar, donde los labraban y los acomodaban a las exigencias de sus necesidades. En ese recorrido, los porteadores, usaban una especie de remos de (“faya”) haya o brezo, que a modo de timón les facilitaba todo tipo de maniobra, para salvar los obstáculos que ofrecía la bajada, en el frenético recorrido… De esa manera, con el paso del tiempo, la costumbre se ha convertido en tradición… Una tradición que, en lógica evolución, está profundamente ligada a la gente joven, que desde mucho antes de las fiestas embadurna con esperma sus tablas, con el fin de alcanzar la máxima velocidad en su recorrido. Al final del trayecto una montaña de inservibles ruedas de coche, frena y amortigua la caída de los participantes… 

Icod de los Vinos, tiene arraigo de sangre y nieve. Lo muestra su escudo: sangre de Drago y nieve del padre Teide que desde su majestad parece presidirlo todo. 

Y en este tiempo festivo, las bodegas se abren de par en par, para agasajar a los vecinos y visitantes. Se prueban los nuevos vinos y se espera, con inusitada ansiedad el comentario de cuantos saborean la amplia variedad que ofrece la zona. 

Desde la vendimia, celosamente guardados en centenarios y artesanos barriles, han estado reposando, cogiendo cuerpo, rugiendo. Ahora, por San Andrés, llega el momento del examen. 

Uno de los actos señeros de estas fiestas de San Andrés, es el significativo y simbólico descorche de la primera botella de la cosecha del año. Dicta el tradicional momento que este acto corra a cargo de un distinguido cosechero, enólogo o viticultor. El lugar no podía ser otro que la histórica plaza de “La Pila”, lugar en el que allá por los años 77, tuve la ocasión de grabar al desaparecido grupazo de la zona “Los Chincanayros. 

En suma son días de fiesta, de ruido, de jolgorio. Unas fiestas que nadie debe perderse.

ALFREDO AYALA OJEDA

lunes, 24 de noviembre de 2014

POR SAN ANDRÉS… CORRER TABLAS Y CACHARROS

Mientras en las zonas del sur de las islas, la piqueta del progreso, entró con saña borrando de un “majo y limpio”, costumbres y tradiciones, en el norte, muchas se han mantenido intactas. Es la superposición de culturas. Por poner un ejemplo sencillo y entendible, podemos decir que los perfiles de las islas, las orillas, estaba destinadas a las salinas. Para cultivar sal solo hace falta sol y mar, lo mismito que necesita un turista que aterido de frío de esos países nórdicos, llegan a las islas para calentar sus huesos. Por eso, en el sur, casi desapareció nuestro especial modo de ser y en el norte, claro, se continúan conservando.

Ejemplo lo tenemos casi al pie del viejo Teide, cuando los lagares han quedado inactivos y el vino, en el interior de las bodegas da los últimos rugidos y se avecina el momento de hacer las pruebas de los primeros caldos.

El viejo Teide es el primero en recibirlos y su aguda cima se cubre de una espesa capa de nieve; mientras, al calor de las bodegas de todo el Norte de Tenerife, los vinos van tomando cuerpo en viejos toneles de roble que confirmaran su buena crianza. Y así, aparecen ya a finales de noviembre, en veloz y peligroso descenso los primeros chicos cabalgando viejas tablas de tea, por los empinados caminos de El Amparo, en el municipio de Icod de los Vinos.
Estos juveniles trajines de subir y bajar las tablas son la primera señal de la proximidad de las fiestas de San Andrés. Estamos ya a finales de noviembre fecha en la que tradicionalmente se prueban los jóvenes caldos de una de las mejores zonas vinícolas de Tenerife. Guitarras y timplillos, papas bonitas o negras, pescado salado o conejo, se disponen para vivir el momento.

Reina, un creciente ambiente en las vísperas de San Andrés. En Icod de los Vinos, La Guancha, San Juan de la Rambla, los Realejos, La Orotava y Puerto de la Cruz, es todo un amplísimo triángulo en el que se respira y se vive la proximidad de las fiestas. Y no es para menos, porque en verdad que van siendo contadas, y con los dedos de la mano, las fiestas populares que por auténticas, no precisan expertos en marketing ni elevados presupuestos económicos ni tampoco influyentes padrinos que las organicen. Lo original, aquello nacido del ser y del sentir popular que se genera sano y nace para una larga vida, rebosante de vigor y de alegría no hay quien, sea capaz de pararlo o de manipularlo. Es la fiesta del pueblo y poco o nada tienen que ver las arcas municipales. Son fiestas que nacen del pueblo, que las sostiene el pueblo, que las disfruta el pueblo…

Nos estamos refiriendo a las fiestas de Las Tablas y la de correr el Cacharro que son auténticas celebraciones populares, espontáneas y directas, en torno a buena y abundante comida, donde mandan el pescado salado, las papas, los frutos secos y las típicas castañas asadas, todo ello bien regado con el excelente vino de la zona.

En la noche de la víspera de San Andrés, en todas las bodegas de la zona norte de Tenerife, reina un alegre e inusual bullicio, y es que en esta noche se catan los vinos nuevos, se dan a probar a amigos y expertos que confirmen la bonanza de su calidad y origen, gentes avezadas en estos menesteres que año tras año, participan en estas autenticas fiestas entre el perfume del buen vino. Buen vino nuevo que es un viejo y leal amigo siempre igual y un poco mejor que la última vez que lo probamos. Y al final, lo propio es seguir con una música de esas que como este vino, entran solas; música de la tierra de esas que siempre nos suenan un poquito mejor.

Precisamente, en este ambiente desenfadado y divertido, fue donde me inspiré para darle forma a uno de los programas emblemáticos de la parrilla de programación de televisión canaria: “La Bodega de Julián”, que en estos días no está viviendo precisamente su mejor momento debido a “un quítame allá esas pajas” de quienes están en la obligación de velar por nuestra etnografía, folclore, costumbres y tradiciones.

Mientras las bodegas de los amigos continúan abiertas y siguen endulzando el paladar de los que todavía se encuentran con fuerzas, en el Puerto de la Cruz, los ventorrillos, comienzan a ofrecer a nativos y visitantes la generosidad del plato típico confeccionado para la noche de hoy, pescado salado, sardinas, a ser posible cherne, acompañado de batata y plátano guisado regado con buen mojo de la tierra y junto a todo ello , como no, castañas asadas que ponen la nota de color a un plato que desde hace muchísimos años los habitantes de la villa y puerto han tenido como propio.
Pero los verdaderos protagonistas, son los causantes de la algarabía que origina el arrastre de cacharros, por las calles de toda la zona antigua del Puerto de la Cruz.

La voz popular propone diversas razones para el hecho de correr el cacharro. Una de ellas, con bastante desparpajo y gracia, sugiere una parodia donde San Andrés que era cojo, llegó tomado y cargado de cacharros... hubo que despertarlo de su sueño y para ello se organizó un ruido infernal. No falta quien relacione las fiestas con el martirio del buen San Andrés que fue crucificado y arrastrado. Pero tampoco escasean aquellos que ven el diablo hasta en la cocina y atribuyen este estruendo a un conjuro ruidoso que espanta todo tipo de males.

Otra de las versiones que se barajan es la del traslado de los barriles que los cosecheros de vino de las zonas altas bajaban hasta el mar para lavar. El empedrado de las pinas calles propiciaba el estruendo que ahora se trata de remedar con el correr de los cacharros.
Son estas unas fiestas tan arraigadas en el pueblo que nadie ha podido prohibirlas. Conocido es el caso de que aquella señora que, ataba latas y cacharros a una larguísima cuerda y los hacía sonar a distancia. Así, cuando llegaba la autoridad la señora soltaba la cuerda y... a saber quién era el causante del ruido.
Correr las tablas es quizás una de las manifestaciones más autóctonas surgida de las costumbres y tradiciones con mayor arraigo entre la gente de Icod de los Vinos.
Esta tradición nació y se desarrolló con ocasión de un trabajo cotidiano, como fue el traslado de madera desde un aserradero instalado en el cercano monte hasta las incipientes industrias del Icod del siglo XVI. Tomó carácter festivo como tal durante el siglo XVII al desaparecer la industria maderera y permanecer en la costumbre popular el hecho de arrastrarse sobre una tabla por las pronunciadas pendientes de la villa. Según recogí, distintas conversaciones con eruditos de la zona, la costumbre cobró mayor auge a finales del siglo XVII con el nuevo empedrado de las calles que permitió un más rápido deslizamiento de las tablas.

Las Tablas cuentan, entre jóvenes y no tan jóvenes, con un poder de convocatoria impresionante y es que este tema exige palabras mayores.

No cabe duda que las tablas entrañan serios riesgos, aunque no se sepa que haya sucedido nunca algo irreparable. Se cuenta, incluso que una familia francesa, le debe la vida a este festejo. La familia, tenía pasaje para embarcar en uno de los Jumbos que tuvieron aquel terrible accidente en los Rodeo. Por lo visto, un componente de la familia se subió a una de las tablas. Iba en bañador y uno de los testículos se lo trabo en la fricción de la tabla en su alocada carrera. De urgencia la familia acudió en pleno al hospital y no subieron al avión, lo que le valió para salvar la vida.

Hay voces autorizadas en el estudio de las tradiciones populares que no han dudado en situar a Las Tablas junto a los festejos de mayor peligro en todo el ámbito hispano, incluyendo los famosos la verbena del Diablo, en Tijarafe, San Fermín, de Pamplona y la Rapa das Bestas en Galicia. Posiblemente no exageran, pero el espíritu de este "correr las tablas" es tan espontáneo y alegre, tan participativo y ligado a la tradición popular, que a mayor riesgo, ante un piso más pendiente y resbaladizo, mayor es la atracción que ejerce sobre el personal que las corre.

Tal es la adicción que produce el primer lanzamiento, que se repite sin cesar, y es precisamente el riesgo lo que más atrae a los participantes. Si bien cada uno tiene su técnica o su modo de correrla, ya sea por tradición o improvisada, no siempre depende del que se arrastra hacer una buena carrera.

La espectacularidad de este "correr las tablas" es muy grande dada la sencillez de los medios que se emplean: los hay que se deslizan sobre viejas tablas de tea, algunas heredadas de padres a hijos; pero también hay quien prefiere, o dispone de una humilde caja de plástico para refrescos...
Verles deslizarse, a toda velocidad, sobre sus tablas arrancando chispas al piso, sin otro instrumento ni ayuda que sus manos, ni otro freno que el montón de gomas que les aguarda al final del trayecto, todo en un ambiente lleno de buen humor, es un espectáculo fuera de lo común.

Cuanto más entrábamos en este "correr las tablas", mas cierto nos parecía aquello de que el peligro y el riesgo atraen.

Al igual que el Puerto de la Cruz, en la fiesta de correr el cacharro, en Icod, el correr las tablas es la parte lúdica de la fiesta de San Andrés y lo mismo que allí, se prueban también los vinos y se comen castañas, mientras, de fondo, se oyen los ruidos de los tremendos impactos de las tablas al chocar contra los neuma ticos protectores.

Durante toda la noche, siguen produciéndose lanzamientos, cada vez mas espaciados, debido al cansancio, los golpes y la poca ayuda que prestan a estos arriesgados ejercicios las constantes paradas para catar los buenos vinos del lugar. Con el nuevo día gentes nuevas, más jóvenes y ágiles si cabe, toman el relevo y durante todo el día de la fiesta de San Andrés, que por cierto, en Icod no existe ni imagen ni se celebra tal festividad, se suceden los deslizamientos las caídas, las contusiones y las salidas de ambulancia. Esta edición, concluyó felizmente; hubo, eso parece de rigor, algún que otro percance que atendió al instante la Cruz Roja y que, por suerte se arregló con un yeso y unos buenos masajes.

Estas fiestas, que se viven con intensidad cada año reciben numerosos visitantes.

ALFREDO AYALA OJEDA

LA BODEGA DE JULIÁN: PARRANDA EL CHIRATO Y MARIACHI MAZATLÁN



martes, 18 de noviembre de 2014

EL FARO Y EL SANSÓN DEL SIGLO XX


“NO ME GUSTA DEJAR EN RIDÍCULO A NADIE”. ME DIJO EL FARO.

Hoy voy a contar aquel acontecimiento que tuvo por escenario, el viejo e histórico Campo España, palacio de los deportes de la época a la que me refiero, y que finalizó a comienzos de 1960.

Cierto día, en la redacción del periódico “El Eco de Canarias”,
publicación desaparecida en 1.975, se presentó un hombretón, de esos que son como un 4x4. Su hablar era raro para mí y es que era mallorquín. Lucía una muñequera de cuero, que le iba desde la muñeca a casi el codo… el pelo suelto, rizado, negro, anchas espaldas…

-¿El señor Ayala?, me preguntó.

-Dentro, pase esa puerta de la derecha. Está debajo de la escalera, que va a la segunda planta…

El hombre traspuso…

Mantuvo la conversación y Félix Urquijo, en la puerta del Eco de Canarias le sacó una serie de fotografías… 

-¿Quién es…? Le pregunté a Urquijo..
-Un forzudo, “El Sansón del siglo XX”.

Mi padre, que por aquel entonces era secretario de la Federación de lucha, tenía concertado en el Campo España una luchada entre el Rumbo y el Adargoma, cartel que casi era normal. Una semana luchaba el Rumbo y el Adargoma y a la semana siguiente el Adargoma y el Rumbo… no estaba la lucha, en ese momento, cómo para tirar voladores…

La luchada estaba anunciada para la hora habitual: las 4 de la tarde. La luchada, en ese año, se celebraba en familia, pero ese día, con la actuación del Sansón del siglo XX los coches venían cargaditos de los campos, los regueros de gente caminando hacia el “Campo España” era extraordinario… en las gradas, no había sitio… las sillas, agotadas, las terrazas desbordadas. Había gente de pié, subida a los muros… era lo que se decía: “no cabía un alfiler”.

Todos estaban expectantes, por ver al Sansón en acción. La ovación fue sonora… el Sansón, cambaba hierros golpeándose los antebrazos; arrastraba un camión por los pelos; rompía una gruesa guía telefónica con las manos; le rompían a golpe de martillazos un canto en el pecho… su número fuerte, se lo reservó para el final:

El locutor lo anunció con vehemencia: “y ahora, el Sansón del siglo XX, levantará unas pesas y ofrece 25.000 pesetas, a quien sea capaz de levantarlas…"

25.000 pesetas, era una cantidad que le arreglaba el cuerpo a cualquiera. Algunos, salieron al terrero. Recuerdo que fue él “el Pollo de los Olivos”, de San Roque, un hombre ateado, fuerte… cogió las pesas, se las llevó hasta las rodillas y después de muchas maniobras, llegó incluso a colocárselas en uno de los hombros… otros, claro, probaron fortuna, pero nada…


Allá, en una grada de cemento, estaba nuestro superhombre: José Rodríguez Franco “el Faro de Maspalomas” que presenciaba el espectáculo y que estaba en forma. Hacía poco que había abandonado, sin comérselo ni bebérselo, la cárcel debido al célebre caso de Juan García “El Corredera” y entrenaba un día sí y otro también en las filas del Unión Telde… un susurro corrió de un extremo a otro... El nombre del “Faro”. Y el Faro, claro, salió al terrero. Y salió con su terno canelo y su sombrero de ala ancha… detrás, una docena de incondicionales…

El Faro, llegó hasta donde estaban las pesas, se quitó la chaqueta, y estrechó la mano del Sansón… unos pasos y agarró las pesas… las levantó sólo hasta las rodillas y las puso en el suelo…

Se acercó al Sansón, le dio la mano y le dijo: esas pesas pesan lo que usted dice, y se marchó, ante la desilusión del público… 

Años más tarde, allá a finales de los 80, me vino esa historia a la cabeza… Yo estaba con el Faro, porque muchas tardes pasé con él, entre su casa y el parque y le pregunté…

-“Maestro Pepe, ¿por qué no levantó aquellas pesas...?

Él, lacónico, sin querer dar muchas explicaciones me dijo:

-“Yo no dejo en ridículo a nadie”

Así era nuestra gente… 

En otro momento comentaré una historia similar, sucedida entre el Faro de Maspalomas y otro de los luchadores históricos: don Justo Mesa. 

ALFREDO AYALA OJEDA

lunes, 17 de noviembre de 2014

EL VALOR DE UNA HERENCIA (3ª PARTE, SEÑOR DON GATO,FIELATERO,CANTARES...

Y aquí tenemos la tercera parte de "El Valor de una herencia" de D. José Domingo Delgado, de 73 años.



SEÑOR DON GATO
Había un señor don gato
en el hornallo durmiendo,
pasó un ratón y le dijo:
amigo ¿que estás haciendo?
Afilando mis aleznas
que mi oficio es zapatero,
en estas palabras y estas
se le tiró el gato al cuello.
¡Suélteme por una hora
si no por un momento!
me voy a decirles a mis hijos
que les digan a mis nietos,
que no se rían del gato
mas que lo vean durmiendo.
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EL FIELATERO
Una mujer muy formal
compró un conejo barato,
y al pasar por el fielato
el fielatero que estaba.
Mirando debajo un cejo
si no me enseña el conejo
no la dejaré pasar.
Mi conejo, caballero
no se lo puedo enseñar
porque es un animal muy fiero
y se me puede escapar.
Si su conejo se escapa
deje que yo se lo coja
saco mi pistolita
y le saco los dos ojos.
Si usted me mata el conejo
se lo digo a mi marido
porque el está muy contento
con mi conejo querido.
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CANTARES 
De las alas de un mosquito
hizo una vieja su manto,
y lo estrenó el Viernes Santo
en el entierro de Cristo.
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Cuando canto las folias
me acuerdo de mi hermanito,
las folias que le daba
mi madre cuando chiquito.
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Por Dios te pido, hermanito
que no abandones a madre,
que a pronte se muera padre
y nos quedamos solitos.
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No ves el viento y la brisa
jugando con mis cabellos,
mañana en el cementerio
jugarán con mis cenizas.
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Cuando desperté y no vi
a mi madre cariñosa,
al cementerio me fui
a llorar sobre su loza.
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El niño muerto en la cuna
su madre le lloraba,
por las rejas le entraba
la claridad de la luna.
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Del rosal cojo la rosa
de la rosa el capullo,
para completar el ramo
me falta el corazón tuyo.
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El corazón traigo herido
y las heridas me duelen,
que lejos de mi está
la que curármela puede.
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Aunque me ves carbonero
soy amigo de las flores,
porque en el jardín de amores
mi oficio fue jardinero.
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Al pasar por tu ventana
la burra se me paró,
¿Quién le diría a la burra?
que a ti te quería yo.
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Cansado estoy de cansarme
aburrido de aburrirme
tengo ganas de matarme
pero no quiero morirme.
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El cura vendió la burra
por no echarle la cebada,
y ahora que no tiene burra
se montará la criada.
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El alma le entrego a Dios
y el cuerpo a la sepultura,
la po… pa la criada
y los huevos pa el señor cura.
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Que no me quieres, lo sé.
por esa luz que me alumbra,
antes de irme a la tumba
me has de decir el por qué.
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Ya no puedo mas querer
porque el querer me provoca,
tengo el agua en la boca
y no la puedo beber
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Los cabellos de mi rubia
dicen que tiene veneno,
aunque muera envenenado
cabellos de rubia quiero.
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Estuve queriendo un año
a una rubia panadera,
con el calor del horno
se fue poniendo morena.
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Ya lo se que canto mal
pa lo que gano, bien canto
cantar bien cantan los curas,
que son quien ganan los cuartos.
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Dicen que el vino emborracha.
el vino no emborracha, no,
que si el vino emborrachara
borracho estuviera yo.
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La palma la partió un rayo
el viento la desvanece,
y a mí cuando me parece
de pollo me vuelvo gallo.
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Yo soy el gallo guerrero
que canta y no me desmayo,
porque no quiero que otro gallo
cante aquí en mi gallinero.
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Fui nacido en el mar,
una concha fue mi cuna,
si no me caso con Concha
no me caso con ninguna
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Me tuviste en el vientre.
luego me diste la vida.
¿cómo no te voy a quererte?
siendo mi madre querida.
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Al pasar por el trasmuro,
me dio olor a puchero,
era las orejas del burro
qué tenía Cándida al fuego.
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Al carpintero Narciso
se le murió su mujer,
el como la supo hacer,
otra de madera hizo.
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El herrero de Tacoronte,
herrando perdió el oficio,
se puso a hacer un sacho,
no supo lo que hizo.
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Yo no se que tienen madre
las flores del cementerio,
que cuando las mueve el aire
parecen que están de duelo.
********************************
Las estrellitas del cielo
las cuento y no están cabales,
falta la tuya y la mía
para estar las naturales.
********************************
A la mar que tú me mandes
por agua en un cesto voy,
aunque no traiga ninguna,
pero si me mandas, voy
********************************
Aquí estoy, ya tú me ves,
ahora vengo de otro modo,
que me quieras de un todo
me olvides de una vez.
********************************
Yo conocí a una mujer
que a ningún hombre quería
llegó cierto día
que con un hombre se fue.
**********************************
Dime morena graciosa
¿con qué te lavas la cara?
me lavo con agua clara
y el perfume de las rosas.
**********************************
Triste esta mi corazón
cuando el tuyo no lo ama
triste como la retama
cuando se le cae la flor.
***********************************
Si me compras yo te vendo
cuatro cosas por un real
una pera y un membrillo
una aguja y un dedal.
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La pera para comer
el membrillo para guardar,
la aguja para coser
el dedal para empujar.
************************************
Ayer me dijiste que hoy
hoy me dices que mañana
mañana me dirás
que de lo dicho no hay nada.
************************************
Mi corazón es un niño
siempre llorando está
si le muestran cariño
más sentimiento le da.
************************************
La malagueña es casada
le dice a su marido,
si no me das de comer
no hago más vida contigo.


ALFREDO AYALA OJEDA

LA BODEGA DE JULIÁN: ESPECIAL DÍA DE CANARIAS 2010




SENDEROS ISLEÑOS: AGUAS MEDICINALES



sábado, 15 de noviembre de 2014

LA BODEGA DE JULIÁN: ELLOS II



SENDEROS ISLEÑOS: CABREROS



BAILANDO CON CABRAS

Tiempo hacía que bullía en mi cabeza la intención de hablar con él, a mi juicio, el mejor bailador que ha dado la isla de Lanzarote: Marcial de León. Era mi intención, porque para mí la parte más sacrificada de los grupos folclóricos son los cuerpos de baile. Ensayan o entrenan como decían los antiguos y llegado el momento, invita al grupo a actuar en programas de televisión y solo hay espacio para solistas, tocadores, eruditos, etc. Pero el bailador solo acude en contadas ocasiones y, cuando actúan en televisión suele suceder que lo haga casi a hurtadillas, escondidos, con espacios limitados que no permiten ni un desarrollo fluido ni, tampoco, la observación de las figuras que forman… estas limitaciones se hacen para no entorpecer los planos de los que cantan o tocan. Pero esto es tema para otro día.


Era, un trabajo pendiente en mi conciencia. Y, cuando hace un tiempo pasé raya y sumé, caí en la cuenta que me faltaba el amigo marcial… y hacia Lanzarote, aprovechando la festividad de la Virgen de los Dolores, hablé con Juan Brito (otro personaje del que ya hablaremos) y me reuní con este bailador de excepción… muchas fueron mis charlas con el amigo Marcial. Una de ellas fue en San Bartolomé. Estaba tumbado en un catre, descansando de la dura faena del pastoreo, cuando le toqué en la puerta. No era una hora apropiada para interrumpir el descanso… me recibió con su “lata”, nombre que se le da en Lanzarote y Fuerteventura al palo con punta de hierro que usa el pastor para salvar los obstáculos del terreno y para defensa si fuera menester. El me atendió con el mismo respeto que yo le profeso.

Las cabras, vagaban díscolas por la largura del terreno… Marcial ¿a qué hora es el ensayo?

Hoy no podré ir porque tengo el ganado pariendo…


Lo observé detenidamente… era un hombre menudo, con poblada barba, de palabras medidas y prudentes… yo, estaba sorprendido porque sabía que él no aprendió nunca a leer ni escribir. Embargo, su verbo era fácil, fluido…

Me recordó con nostalgia a la Agrupación Ajey (Premio Nacional de Folclore en Santander). “Antes que Ajey, se llamada rondalla de San Bartolomé… lo de Ajey, fue después. Pero eso queda ahí… los éxitos, tienen muchos padres…”, me dijo.

Y no le faltaba razón porque Marcial de León, fue la auténtica revolución del folclore de Lanzarote… a él se debe que algunos movimientos de la danza pastoril, del repertorio de los Ranchos de Pascuas que se bailaba antiguamente dentro de las iglesias, los incorporara como coreografía del actual Sorondongo que llevó José María Gil, a la isla conejera.

Pero Marcial fue mucho más allá, según distintas publicaciones, la isa del uno, (tonalidad sol) llamada así por los escasos conocimientos musicales de la época, es también conocida como isa suelta, isa del pastor o de los palos (los hombres llevan palos en las evoluciones del baile). Aquí, en Lanzarote, al contrario de otras islas, la característica es bailarla suelta, además de la incorporación de los palos, fruto de la creación del amigo Marcial de León, creador de muchas de las coreografías, aún vigentes en los grupos de la isla.


Marcial, el amigo, en confesión íntima, llegó a decirme que él, había ocasiones en que pastoreando con su puñito de cabras, le sonaban las notas de una isa o de una malagueña. Entonces, no podía resistir la tentación y allí mismo, a la intemperie, al oscuro o al sereno, danzaba como un poseso usando como pareja su lata… en su casa, guarda celoso, recuerdos de actuaciones; escritos publicados en distintos periódicos… la vida de Marcial, está resumida en su álbum y mecida por los recuerdos… Cada vez que la desempolva se empaña la vista… Recuerdo mucho a mi madre… cuando yo llegaba, ella siempre me decía: “ven aquí Marcialillo pa´bailar… yo siempre estaba dispuesto… yo tengo que decirlo porque es la verdad: a mí me enseñó a bailar malagueñas, Manuel Martín y eso no se paga con nada…

Una isa brotó del viejo aparato de radio… y él, caballeroso, alargó la mano, invitando a bailar a mi compañera Nayra Collado. Era todo un regalo ver aquella elegancia que aún conserva, este viejo maestro que está próximo a cumplir los 90 años…

Así de sencillo es el amigo Marcial de León, al que fotografié en su domicilio en compañía de su mujer, también antigua componente de la Agrupación Ajey.


Y así, escribo este apunte, de la vida de un bailador que casi ha pasado desapercibido, para la historia de nuestro folclore y con el que todos hemos contraído, de por vida, una deuda de gratitud.

ALFREDO AYALA OJEDA

miércoles, 12 de noviembre de 2014

EL VALOR DE UNA HERENCIA (2º PARTE, PÍCARAS, PICANTES Y POLKA)

Tal y como habíamos quedado, aquí tenemos la segunda parte de "El Valor de una herencia" de D. José Domingo Delgado Ferrera.
    








PÍCARAS:
Soy el hombre más bandido
que en el mundo puede haber,
antes de verme abatido
en los pies de una mujer.
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La cadena está enredada
y el que la enredó fue un loco,
yo como sé poco
me callo y no digo nada.
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En el presidio me viste
el alma se te alegró,
y a tu madre le dijiste
ya este pájaro cantó,
y en la jaula tiene alpiste.
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El que de mujeres se fía
y de alpargatas cuando llueve,
mal acomodado anda
si otro remedio no tiene.
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La naranja madurita
le dice a la verde, verde,
que el hombre cuando enamora
hasta la vergüenza pierde.
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Ayer vine yo a saber
que los muertos se enterraban,
yo creí que los llevaban
a una taberna a beber.
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Una rubia y otra rubia
y otra rubia que son tres,
dónde voy con tantas rubias
que me comen por los pies.
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La Virgen le llama Juana
y el mundo se tambalea,
y el que no tiene batea
se lava en la palangana.
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Tápate el conejo Rosa
que te lo come el ratón,
se come lo de dentro
y deja el caparazón.
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Cuando Cristóbal Colon
fue a cagar a Llano Grande,
todos los de capa grande
fueron a ver el montón.
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Yo vi una vieja en Taco
debajo de una tarima,
y un viejo con una lima
afilando el gazapo.
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Anoche soñé que estaba
al lado tuyo durmiendo,
y que me estaba corriendo
dinero de la Orotava.
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Dice que la sabia pica
por el tronco y por la punta,
pero más pica tu lengua
cuando conmigo se ajunta.
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Todas las suegras malas
las van a tirar al mar,
la mía la puñetera
está aprendiendo a nadar.
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El coño es una maceta
donde se planta el carajo,
y si no revienta el gajo
dale parte a la puñeta.
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El amor de una mujer
es como el de una gallina,
que cuando le falta el gallo
a cualquier pollo se arrima.
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Ayer tarde fui a tu casa,
te vi en un rincón,
pelando papas menudas,
con un cuchillo rabón.
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Eres muy niña,
eres muy loca,
eres como la campana
que todo el mundo toca.
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Ya mi novia no me quiere
porque la tengo pequeña,
le doy vuelta a la cintura
me presino con ella.
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Arando en el Melozar
se me cambó la rabiza
y acordándome de Luisa
se me volvió a enderezar
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          PICANTE: 
Cuando mi carta la leas
si no tienes mucho apuro,
límpiate con ella el culo
si acaso tienes diarrea.
Y recibe esta navaja
recién llegada de Londres,
para que te afeites bien
esto que tu tanto escondes.
Y para que no te asombre
ni lo tomes por aseo,
aféitate ese mono feo
que lo tienes tan peludo,
ten cuidado con el culo
no se te escape el dedo.
          POLKA:
La mujer es cosa cierta
y su destino es fatal,
porque tiene un animal
siempre con la boca abierta.
La llave de cualquier puerta
le viene justo a la clave,
y como tanto le sabe
que le anden en la fisura,
siempre está la cerradura
aclamando por la llave. 

Por supuesto, que habrá una tercera parte, estamos hablando de toda una vida, ya que vamos a recordar que D. José Domingo, tiene 73 años.

ALFREDO AYALA OJEDA

LA BODEGA DE JULIÁN: LA ALCOGIDA Y TABABAIRES, EN PUERTO CABRAS



lunes, 10 de noviembre de 2014

Y NO APRENDEMOS...

Ayer, me sorprendió la noticia: “El Día de las Letras Canarias” estará dedicado al poeta grancanario recientemente fallecido, Arturo Maccanti”. Una y otra vez releí el titular. Un sudor frio, angustioso, me sacudió el alma… 

Superficialmente, lo conocí en La Padilla Alta (Tegueste), a donde solía ir a disfrutar con la música y voces de la tierra, que daban sentido al programa folclórico “La Bodega de Julián”. Acudía, normalmente, en compañía  del presentador del programa Julio Fajardo… Maccanti, fue Premio Canarias (2.003) de Literatura. Valiosa su traducción de principales poetas italianos y fecunda su obra literaria que quedó condensada en el volumen “Vivir sobre la vida”. Maccanti, era un referente. Nos regalaba en cada palabra, en cada verso, un trocito de su alma… Para mí, verlo allí, en La Bodega, disfrutando del momento, era todo un lujo…

Andando el tiempo, me impactaron unas declaraciones suyas, que dice bien poco del Gobierno que nos ha tocado sufrir. Un gobierno, que nunca llega a tiempo a las citas urgencias… Un día, harto de tocar en puertas que nunca se abrían, se sentó en el programa  “La Trapera” para hacer pública su lamentable vivir sucesivo…

“Queremos compararnos con Finlandia y allí los poetas tienen hasta su imagen en sellos de correos. Están a años luz de nosotros”… ”Aquí,  a los que nos dedicamos a la  literatura, a pesar de haber cotizado durante más de treinta años, como es mi caso, le deniegan todo tipo de ayudas, y no me conceden, siquiera, una pensión contributiva”…“Los que escribimos somos como albañiles, que construimos el edificio de la Cultura, pero no se nos reconoce nada. Estamos marginados”… recordó que él y su mujer viven  gracias a la pensión de invalidez de ella: “Yo no tengo nada”…  “Más de treinta años cotizando y no hay manera de que se me reconozca nada”… Francamente lamentable.

Hoy, entristecido, indignado, me preocupa la celeridad para apuntarse un millo – como siempre a destiempo- con el dolor y la figura del bueno de Arturo Maccanti. No estuvo nadie a la altura, cuando estaba entre nosotros y ahora vienen las prisas, para rendirle todos los homenajes…  Nunca tomamos notas, ni aprendemos de los errores para romper con lo establecido y hacer estos reconocimientos en vida, cuando el protagonista puede disfrutarlo.

ALFREDO AYALA OJEDA

LA BODEGA DE JULIÁN: WICHO, YAIZA TORRES, ISRAEL ARBELO...



SENDEROS ISLEÑOS: CARPINTEROS DE RIBERA



sábado, 8 de noviembre de 2014

SENDEROS ISLEÑOS: SONES Y SILENCIOS



“LO PRIMERO, EL CORAZÓN…”

Suele suceder, al menos a mi me pasa, que las anécdotas de nuestra gente tienen mucha más gracia que los chistes… Ese pronto isleño, la chispa y la socarronería cuando brota fresca y espontánea, no tiene precio… hace pocos días, repasando uno de los programas de “La Bodega de Julián”, me tropecé con una copla que se cantó precisamente en uno de esos programas donde las polcas y las coplas que se interpretaron tenían cierto tonillo subido… La copla, dice así:

   “LO PRIMERO, EL CORAZÓN;
     LO SEGUNDO, EL TRASERO
     Y COMO ERES MARICÓN
     LO SEGUNDO, ES LO PRIMERO"

Cuando terminó el programa y todos hermanados nos sentamos a cenar una carne con papas, que Julio el Tiznao, el dueño de la bodega y excelente cocinero, le pregunté al intérprete…

-¿De dónde salió esa copla?

-Me la contó mi padre en cierta ocasión. Me dijo que se la había escuchado a usted, una noche como hoy que al terminar la grabación del programa “LA BODEGA DE JULIÁN”, le escuchó a usted la historia del nacimiento de esa copla…

Y, como seguramente, muchos no sabrán de dónde viene, ahora la voy a contar de nuevo…

Resulta que uno de los hombres más grandes de la música popular, se compró una casita a orillas del mar. Allí, nuestro hombre, del que me reservo su identidad, tenía ese domicilio para componer sus temas y reunirse con sus amigos. Grandes ventanales daban al mar y las olas, en la bajamar, besaban suavemente los cimientos de la amplia y vistosa vivienda…

Nuestro hombre y protagonista de esta historia era poeta certero, de verbo fácil y atinado, puso en la puerta de entrada la siguiente leyenda:

“Lo primero, el corazón…" y otro poeta, le completó los versos que le faltaban, dejando la copla de la siguiente manera…

“Lo primero, el corazón/ lo segundo es el trasero/ y como eres maricón/ lo segundo es lo primero”.

Esta anécdota me la contó, precisamente, uno de sus más allegados familiares, en una noche en que, de amanecida, las copas le aflojaron amarras a los íntimos secretos…

ALFREDO AYALA OJEDA

viernes, 7 de noviembre de 2014

EL BUCIO, LA CARACOLA O BOCINA Y LA CENSURA A LA MUJER

Hoy, después de mucho tiempo, rebuscando y ordenando mis papelotes, me encontré un viejo Bucio que use para uno de los 63 programas de la serie de corte etnográfico “SENDEROS ISLEÑOS” que hice para TVE y emití bajo el título SONES Y SILENCIOS…

Lo cierto es que para mí, los programas de la tele se plasman en papel y se escriben con imagen. Este programa se levantó cuando manteniendo una conversación con uno de los folcloristas más interesantes del archipiélago Benito Padrón, desgraciadamente desaparecido, me contó una historia sobre “los margareos o malgareos”. Me pareció dura, cruda la historia y aunque la seguí escuchando con ojos como platos, tenía mis dudas… Pero Benito Padrón, era hombre honrado y sus relatos siempre los entendí llenos de verdad… Reconozco que aunque soy un devorador de todo cuanto se publica sobre costumbres y tradiciones, sobre nuestra especial manera de ser, están metidos entre cejas y coronilla de este “ajuntador de letras”. Repito, yo, la verdad, nunca había oído hablar del tema pero el octogenario amigo Benito tenia la facilidad de contar las cosas con tanto cariño y tan sencillitas que era imposible no atender su conversación. El margareo, consistía en censurar a distintos miembros de la sociedad por tener una conducta dudosa… Era como un periódico social de la época que ponían en práctica, un puñado de hombres, aprovechando la muerte de un animal ( mulo, vaca, toro, caballo), subían al monte y aprovechando el oscuro de la noche comían pimienta de “la puta de la madre” para falsear la voz y que saliera finita… Para alertar a la población hacían sonar repetidamente el bucio. La gente, atenta, escondida tras las ventanas apuraban el oído esperando escuchar las noticias que divulgaban los denunciantes…

Tutututututututu…¡ tutututututut¡¡¡¡¡¡ 

Compañerooooooo…. Saben lo que ha pasado….

( y siguiendo con el pregón repartían trozos del animal muerto haciendo el símil con algún hecho puntual.- Ejm: a quien robaba hierba: “para Ambrosio, con la pata de la vaca le vamos a hacer una “podona” para que siga robando comida para su ganado”…

Pero el escarnio, la burla, la censura, la dureza de estos relatos, caían sobre la mujer a la que no se permitía ningún desliz. Era época en que reinaba el dicho popular “la mujer atada y con la pata quebrada”. Nada que pudiera alterar el orden dictado y establecido por los hombres estaba permitido… besarse en la vía pública o en lugares escondidos; miradas pícaras. La mujer estaba siempre escondida, en un segundo plano. Ya lo decía el refranero: “las mujeres y las vacas hay que buscarla por la raza”…

Estas escenas, han sido repetidas en numerosas ocasiones por el grupo herreño, Tejeguate, que recreó todo cuanto el desaparecido amigo Benito Padrón, indicaba y lo lleva a gala como una parte de su repertorio. Yo, en la Bodega de Julián he tenido una representación de este momento de los margareos que allá a finales de los años 30 dejó de hacerse… Además, la información que recogí, hablaba de incluso tiros…

Pero en otras partes del archipiélago canario como en Fuerteventura, según me relató don Juan Vera Chocho, información contrastada con otros vecinos de la zona del municipio de la Oliva, aquí se le hablaba al bucio y el caracol, hacia de caja de resonancia para que la voz, con eco, salíera irreconocible… Para endurecer la burla, el escarnio, se conocía en la zona como “caracolada” y se efectuaba a la salida de la iglesia cuando los novios salían casados… entonces sonaba el bucio: “no la beses por ahí que la besé yo”…Entonces, invitados y parientes, recorrían el lugar buscando al autor de la crítica… En Tenerife volví a recoger aspectos muy similares con el nombre de “lloros” sobre el cual existe un delicioso y documentado trabajo situado en Taganana, del antropólogo social Alberto Galván Tudela, que recomiendo a cuantos quieran ampliar sus conocimientos. 

El bucio, volviendo a los comienzos del artículo, servía para todo… Era como el móvil de la época que alargaba la voz por laderas y barrancos avisando a la vecindad: anunciaba la entrada y salida del trabajo; para avisar de visitas no deseadas; en El Hierro, subidos en miradores, anunciaban a los pescadores con dinamita, de la llegada de la autoridad; en lugares estratégicos se guardaba una bocina o bucio para ir dando noticias a las familias cuando se emprendía la mudanza desde la zona alta de la isla a la de costa; para censurar conductas indecorosas; para la venta de pescado; para divulgar las fiestas, como es el caso de Las Marías, en Santa María de Guía de Gran Canaria que, cuando conmemora la triste fecha de la llegada de la langosta berberisca quiebran el silencio desde las pinas crestas de montaña Vergara hasta la mismita iglesia guiense .

En fin, el bucio, una joya que marcó un tiempo que desgraciadamente sólo tiene vida en la memoria de nuestros mayores…

Nota: esta historia está recogida en uno de los 63 programas de la serie etnográfica, “Senderos Isleños” que creé y codirigí para Televisión Española. Senderos Isleños, fue un programa galardonado a nivel internacional.

ALFREDO AYALA OJEDA