jueves, 26 de enero de 2017

RAMONCITO: “ALMENDRA DE PLATA”

Hace un fleje de años, conocí a “Ramoncito”. Fogatero de prestigio dentro y fuera de Gran Canaria y hombre de punto. Para él, su palabra tiene más fuerza que firma de escritura. Lo conocí a finales de los 80, en el Parque de Santa Catalina, cuando con Televisión Española preparamos un amplio dispositivo para despedir el fin de año y darle la bienvenida al nuevo. Allí estaba él, con su cachorro, su amplia sonrisa y su vivaracha mirada.

Significó nuestro afortunado encuentro el inicio de una amistad que se prolonga en el tiempo.

Desde ese momento trabajamos juntos en numerosas ocasiones. En “Tenderete”, en “Senderos isleños”, en “Andar Canarias” y otros muchos programas televisivos.


La última vez que coincidimos fue en su municipio natal: Valsequillo. Con motivo de las fiestas, se celebraba un encuentro de verseadores, que presentaba el desaparecido periodista Adolfo Santana... Y como cierre del espectáculo, pegó fuego a una histórica rueda de fuego, que invitaba a regresar al pasado.

Recuerdo pasar muchas horas en su laboratorio, situado en el histórico barranco de San Miguel... Y me llamó la atención el trabajo del veterano artesano fogatero que, en soledad, absorto, en su laboratorio lo comparé con un regatista olímpico, que cuando logra la gesta se encuentra solo en el mar y no recibe el aplauso inmediato hasta que no regresa a tierra firme... Al fogatero, le sucede lo mismo. Allí, a la sombra del fuego, prepara, distribuye y vigila carcasas, voladores, gusanos, palmeras y una larguísima lista de colores, efectos y música... Solo sabe su éxito cuando al año siguiente lo vuelven a llamar para contratarlo...


En un momento, reflexionando, le comenté… ¡Qué cosas!. La riqueza de unas fiestas se miden por la intensidad o duración de los fuegos artificiales… Es, le dije, como en las bodas. Si pones mucho vino y enyesque, se comenta entre los invitados: “¡vaya destrozo!” y si pones poco: ”¡vaya miseria!”… Dar con el punto exacto, economía y vistosidad, es difícil porque depende de muchos factores…

“Efectivamente, Alfredo... A veces, llegado el momento de hacer la exhibición, el viento, la lluvia, puede empobrecer el espectáculo…”

El fogatero, ensimismado, pone todos sus sentidos en el trabajo para que todo salga bien. Trabaja a la sombra del fuego, en soledad. Casi en el anonimato… El fogatero, aunque los tiempos ha cambiado y las nuevas técnicas se han impuesto, continúa siendo pieza clave en el festejo…

En Canarias, alguien me dijo: Los fuegos, se miden por las tres palmeras y cuando no sopla el viento y las palmeras quedan impresas en el lienzo del cielo, el ¡¡¡ Ohhhhhhh !!! brota de la garganta de los asistentes. Es el aplauso, el reconocimiento al trabajo del fogatero.

Hoy, para mí, es día señalado porque al amigo Ramoncito, Ramón Martel, con motivo de las fiestas del Almendro en Valsequillo, tras el Pregón, que tendrá lugar el día 27, se le entregará el galardón que se merece : “Almendra de Plata 2.017”.

Enhorabuena querido amigo.

ALFREDO AYALA OJEDA

martes, 24 de enero de 2017

SERENATAS, DIVINO Y CURIOSIDADES

Durante un largo tiempo tuve la ocasión de dirigir programas como “Tenderete” y crear “La Bodega de Julián”. Siempre encaminé mis pasos para que se formara parranditas. Así con Tenderete en esta última etapa nació la parranda “El Millo” porque eran componentes del excelente grupo Los Gofiones. Las parrandas daban mucho juego en los programas... Por ello, para fomentarlas, también creé otro programa/concurso para televisión Canaria que titulé “Parrandiando”. Era un concurso donde participaban catorce parrandas... Pero las cosas son como son. Programaron el espacio en hora punta y Antena 3 emitía en ese momento una serie que impactó: “Sin tetas no hay paraíso” y Parrandiando pagó las consecuencias con una audiencia que estaba en los dos dígitos, pero se esperaba mucho más.

Sin embargo en otro programa que creé y dirigí, “La Bodega de Julián” se formaron otras muchas parradas para actuar: “La parranda del botellín”, “La parranda del cafetín”, “Parranda de amigos”, “los parranderos”, “Los punchas”, “la parranda el rato”, “El chirato”, “El Golpito”, “Los turroneros” “Parranda del pueblo”, “Los que no escarmientan” “Jóvenes cantadores” y otros muchos... Y es que para mí, en los anárquicos parranderos y sus espontáneas parrandas, se encuentra la autenticidad, la verdad...

También, cuando se avecinan las navidades las parrandas y grupos suelen cambiar el chip y preparar su clásico repertorio de villancicos. Los primeros villancicos surgieron en el siglo XV. Y empezaron partiendo de viejas canciones populares... Villancico es nombre que proviene de los habitantes de las villas rurales (los villanos). Este tipo de canciones se interpretaban en fiestas populares y no siempre sus composiciones fueron religiosas. También se cantaban temas amorosos, burlescos o satíricos... Un siglo más tarde, la iglesia decidió impulsar la música en lengua vernácula durante la celebración de las misas con el objetivo de promover la evangelización... De esta manera los villancicos, al soco de la iglesia, quedaron asociados a la Navidad...

Hoy, esta tradición de las parrandas y las serenatas, puede decirse que ha resistido el paso del tiempo. Y puede decirse que en distintas localidades como en Santa María de Guía de Gran Canaria, Gáldar, Santa Brígida o la ya tradicional ruta de malagueñas que, la Orden del Cachorro Canario, ofrece como homenaje de gratitud al desaparecido folclorista y genial comunicador Fernando Díaz Cutillas “Nanino”...

En la isla de La Palma, existe una arraigada tradición navideña. Cada año, durante los nueve días que preceden a la Navidad, se recuerda los nueve meses de gestación de la Virgen con villancicos que las rondallas de “lo divino” en horas de la madrugada, entonan por las calles principales de la capital...

Todo comenzó allá por 1.947 cuando un grupo de jóvenes formaron las primeras rondallas de divinos de La Palma... El nombre de “lo divino” frente a lo humano, diferencia lo religioso de lo profano...

El villancico más extendido en nuestro Archipiélago cuya autoría se atribuye al tinerfeño Fermín Cedrés es, “Lo Divino”. Sin embargo, las averiguaciones recientes de la investigadora palmera María Victoria Hernández nos detalla que los versos del músico tinerfeño tienen su origen en el escritor cordobés Antonio Fernández Grilo (1.845- 1.906)...

Por otro lado, están las serenatas que su denominador común se fundamenta en el agasajo a la pareja, a la madre, a un amigo. La serenata alcanzó una gran popularidad en el siglo XVIII... La palabra serenata es de origen latín “serenus” y significa claro, limpio, sereno. Y tiene como finalidad expresar entre otros los sentimientos de amor, de perdón, reconciliación, admiración, agradecimiento...

Aprovechando que paso por aquí, me viene a la memoria aquella copla de folia que delata la timidez del enamorado... :

A decirle que la quiero
no me atreví en todo el día
Al oscuro de la noche
se lo dirán las folias...

En la serenata tiene papel protagonista la sorpresa... Cuando se ronda a la novia, el ritual se mantiene inalterable... Es el eterno juego... El enamorado, entona los dos primeros temas y la mujer observa desde la oscuridad... a la tercera pieza, ella enciende la luz y se asoma a la ventana recibiendo, emocionada, el mensaje o declaración de su novio o pretendiente...

En otros países las serenatas se identifican más con las tunas estudiantiles, con los Mariachis o tríos...

Recuerdo, siendo un “pollillo” que empezaba a gallear que nos pegábamos a la emisora Radio Atlántico para disfrutar del programa “La Ronda”. Allí, se transmitía los sentimientos de jóvenes que al módico precio de 25 pesetas expresaban a través de las hondas los profundos sentires del alma regalando con la canción elegida un detalle romántico...

Pero las serenatas, en ocasiones, se convertían en ruidosas y molestas y llegaron las prohibiciones para esa costumbre que se mantuvo durante siglos. Así fueron desapareciendo, lloros, margareos, cencerradas, parrandas y serenatas...

Algunos de estos prohibitivos artículos son muy sabrosos y marcan una época: “·EN NINGÚN CASO, NI POR NINGÚN MOTIVO SE DARÁ LICENCIAS PARA PARRANDAS O SERENATAS A LOS VAGOS DE PROFESIÓN NI A LOS SUJETOS MARCADAMENTE CONOCIDOS POR PENDENCIEROS HÁBITO DE EMBRIAGUEZ O DUDOSA CONDUCTA” ….

Lo cierto es que nunca la serenata es recibida por igual, a veces para algunos vecinos la serenata era un estorbo, una molestia: “¡¡menuda serenata te dieron anoche!!!”...

Como sucedió con el famoso trío “Los Panchos”, en cierta ocasión recaló por la isla de Tenerife... llegaban para comenzar una gira por distintos escenarios tinerfeños. Venían, también, con la sana intención de realizar una sincera serenata a un amigo que, en tierras americanas, les había hecho un favor impagable. Por eso, desde que llegaron a Santa Cruz, decidieron sorprender al generoso amigo con una serenata... Y al alba, se plantaron en la acera y empezaron con su repertorio... Lo Dudo, Sin un amor, Rayito de Luna, Maldito Corazón, Si tu me dices ven, ... Era de recibo que el receptor de la serenata abandonara su lecho y bajara para agradecer el detallazo... Y claro, allí continuó la serenata desatándose la euforia ... Pero un vecino, caliente, se alongó por la ventana enviándoles una rociada de tacos de factura autóctona y no contento con ello pues le jincó un balde de agua para enfriar los ánimos...

Por eso digo que las serenatas, a veces, no son de agrado de todos.

Lydia Díaz, en Ingenio Blanco, municio de Santa María de Guía de Gran Canaria, escribió en su blog, www.etnografiayfolclore.org, la puntual visita de una breve parranda familiar que, amaneciendo el día de Reyes, rompía el silencio de la noche para rondar a su abuela...

“Nos despertaba una melodía tan dulce, tan bonita… eran unas guitarras y una voz que cantaba siempre la misma copla:

Despierta madre despierta
de este sueño tan profundo
que hoy te viene a cantar
quien más te quiere en el mundo.

Nos asomábamos a la ventana y ahí estaban, como todos los años, mi tío y unos amigos, que cada noche de Reyes, venía a cantarle una serenata a mi abuela, su madre, era maravilloso. Luego pasaban por mi casa, recuerdo que nos hacíamos los dormidos y tardábamos en abrir la puerta, para que siguiera sonando la música.

SANTA BRÍGIDA RESCATA LA NOCHE DE RONDA Y SERENATAS:

La parranda de San Antonio amenizará por esas noches las calles del casco de Santa Brígida al rescatar las noches de ronda, en este caso la de primavera, coincidiendo este mes con el cambio de estación. El evento se desarrolla cuatro veces al año, coincidiendo con el inicio de cada estación: primavera, verano, otoño e invierno. Dado el éxito de estas cuatro estaciones, también se ha puesto en marcha una ruta de las tapas, que se traslada de los jueves a los viernes.

SERENATA A LOS BALCONES, EN TEROR:

Llegué tarde a presenciar el anunciado y tradicional “Teresa de Bolívar”, en la Villa Mariana de Teror. Estuve presente en el cierre, donde Marcela Moreno, argentina ella, ofreció una parte de su amplio repertorio. Acudía a la Villa con un solo objetivo: pasar una noche distinta con numerosos parranderos que tras el “Teresa de Bolívar”, se reúnen y esperan que se aligere el ambiente para comenzar un largo y serpenteante recorrido por el casco.

“La noche de serenatas” “serenata de los balcones” e inicia en la trasera de la Basílica y, desde el primer compás, poco a poco se van sumando curiosos y participantes, tocadores y cantadores. Todos, sin excepción participan.

El grueso de los parranderos, son naturales de la villa, de la numerosa parranda de Teror, pero vimos participantes de distintos puntos de nuestra geografía… en cada parada desde balcones o esperando en la puerta de sus casas se ofrecen a los participantes un espléndido brindis… cestos que se deslizan desde los balcones o ventanas a los que responden los parranderos con coplas y estribillos. Con canciones de la tierra… dominan las isas… una carretilla atesora los obsequios que se ofrecen y que es el combustible preciso para hacer el recorrido con desenfado… en cada parada… ¡zas! El lingotazo y el gaznate se queda afinaíto como el timple del “colorao” y el relente de la noche aparcado durante un buen rato.

Es, “La noche de los Balcones” uno de los actos, más desconocidos y a la vez participativo, del intenso programa de las Fiestas del Pino. La fiesta se prolonga hasta altas horas de la madrugada… ¡Cómo suenan guitarras y voces en el silencio de la noche…! ¡¡Cómo se alegra el alma, escuchando las coplas de la tierra!!! Y el agudo ingenio de los estribillos improvisados… ¡¡aquí todos los jueves/ admitimos a mujeres! ¡¡ Digan lo que digan/ los pelos del culo abrigan!! , O ¡¡cómo canta esa muchacha/ los pelos como tachas!! o aquel otro ´”parece mentira/ lo que la cuca estira”

Fue, una jornada, para nosotros, inolvidable, en la que pudimos saludar a amigos parranderos o no que tenemos la veleta en la misma dirección…

Poco a poco, las prohibiciones han ido arrinconando a nuestras costumbres y tradiciones y, claro, parrandas y serenatas cada vez son menos. La noche, para el descanso. Se suele decir en tono de sentencia. Al final, aparecen las disposiciones rigurosas en las que se prohíben incluso, que en horas nocturnas canten los panaderos porque puedan turbar el descanso de la vecindad.

ALFREDO AYALA OJEDA

jueves, 19 de enero de 2017

MARGAREOS, PARRANDAS Y SERENATAS

Terminada la guerra y hasta bien entrado los años 60 del pasado siglo, el folclore musical de las islas estaba casi moribundo... Durante ese período un obstinado oficilismo, el rigor de la censura se empeñaba en airear dentro y fuera, un folclorismo disfrazado de tópicos y banales reclamos turísticos.

Considerándose la época y se mire como se mire, poner en marcha cualquier iniciativa que pudiera romper o rozar lo establecido o no era empresa fácil o tenía los días contados... Eran momentos delicados en la vida política del país... Era una época de mucho silencio por un lado y mucho ruido por otro... Una época en que prohibir era gobernar...

Una noche de 1.971, como otras tantas tenía lugar en Guanarteme, una reunión de amigos que coincidían en una misma afición: La música. La de aquí y la que llegaba de la otra orilla... guitarras y timples, copas y coplas, isas y joropos, estrechaban lazos latiendo en un único y mismo sentido..

Y así fue... Nació “tenderete” coincidiendo con la víspera de las fiestas del Pino en el año 1.971... ¡¡hace la friolera de casi medio siglo...!!

Y Tenderete comenzó con una parranda, con solistas, y personajes destacados que recalaban por la isla despertando el amor por nuestro folclore y la música popular...

Recuerdo que andábamos por las islas como penitentes buscando grupos, solistas de ayer y de siempre... Valentina, Juan Betancor, Francisco Morales, Domingo Santana, Juan Quintana “El Claca”, Olga Ramos, Dolores “La Vanidosa”, La familia Rodríguez de Milán, Ángel Cruz “Angelillo”, Antoñita “La Cubana”, Aurora, Santi Fernández, Felipe “El Planeta”, África Alonso, Juan y María... Y la familia tenderete empezó a crecer y numerosos fueron los grupos que se crearon en los más apartados rincones de nuestro archipiélago...

El interés que despertó tenderete, se transformó al momento en una aceptación entusiasta, que llevó al programa a calar en lo más hondo del sentimiento de nuestro pueblo canario...

Pero en verano de 1.973 Tenderete estaba situado en el punto de mira de los gobernantes de la época y el programa tenía dibujada la muerte en la cara... También, estaba abierta la fosa donde se entierran nuestras costumbres y tradiciones...

“Tenderete”, sí: era culpable. No era sospechoso de nada, pero sí culpable de todo, en aquellos tiempos en que prohibir era tanto como gobernar... Tenderete, fue suprimido de la programación durante casi once años...

Y cosa curiosa. La maquinaria del poder queriendo matar al programa logró lo contrario: darle vida... y Tenderete se convirtió en mártir, mito y leyenda... y los mártires y los mitos, ni mueren ni se olvidan....

...Todo esto viene a cuento porque hace unos días, desde la villa mariana de Teror, me invitaron a que participara en unas jornadas sobre folclore, en el apartado de “Parrandas y Serenatas”. Gustoso, acepté la invitación y sobre la marcha comencé a buscar datos, apuntes, historias, declaraciones y todo lo que estimé oportuno para dar una charla ilustrativa salpicadas de anécdotas y curiosidades... Sin embargo, como dice el refrán “el hombre propone y Dios dispone·”, con todo el material seleccionado me surgió un inconveniente y no pude asistir.

Sin embargo como considero interesante, estos apuntes los hago públicos. 

Y así, pretendía iniciar la charla:

“Echando la vista atrás, leí detenidamente el comentario de Diego Cuscoy donde decía que el bucio, llegó a estas islas porque era un inapreciable bien del hombre. Un testimonio de su laborioso y dramático vivir...

Anduvo siempre por los riscos, en lo alto de las atalayas, al borde de los barrancos alargando su voz para acortar distancias con su serpentina musical.

El bucio, la caracola, la bocina, sirvió para avisar de las entradas y salidas del trabajo, para alertar de peligros y visitas no deseadas, para convocar a fiestas... También se usó como arma cruel y despiadada para censurar conductas indecorosas que atentaban contra la moral y el orden establecido...

Hoy, debido a los modernos sistemas de comunicación, el bucio ha quedado en desuso pero aún continua vivo en la memoria de nuestros mayores...

Recuerdo que el margareo, -según nos definió Flora Lilia Barrera- era una vieja costumbre de poner en público y entredicho la honra de una mujer y el honor de un hombre. Para llevar a cabo esta acción se aprovechaba una noche de poca luz y una voz anónima empezaba a oírse desde un promontorio cercano al pueblo...

El bucio, con su resonar profundo, quebraba el silencio y acaparando la atención de los vecinos... luego las voces, falseadas, se encargaban de señalar y difundir con crudeza y escarnio a los autores del desorden... De esa manera mujeres de dudoso comportamiento, viudos y viudas, ladrones y aprovechados fueron públicamente censurados.

Las voces que iba a margarear solían tomar pimienta picona, de esa de la puta la madre, para que la voz saliera finita e irreconocible...

Esta practica se mantuvo muy extendida hasta principios de la guerra civil...

Hace un tiempito, para la serie etnográfica de Televisión Española en Canarias, hicimos un largo recorrido tendente a levantar un documento sobre el desarrollo de las Cencerradas, Lloros, Margareos, caracoladas y coplas que con todos estos nombres se conocen en Canarias...

Continuó diciéndonos, lo bueno, lo malo, lo bonito, lo feo... eso no existía... solo existe lo que se propaga... porque en aquellos tiempos lo bonito es que una mujer fuera honrada y no tuviera ninguna mala nota... en cambio hoy si llega a los 16 años sin contacto sexual es una idiota...

Las coplas, los margareos se celebraban coincidiendo con la muerte de un animal: un mulo, un caballo, un camello, se hacía un reparto ficticio. Estos animales eran, en la época a la que me refiero principio del siglo pasado, de alto valor para la subsistencia de la familia. Su pérdida, era un auténtico drama para la precaria economía familiar. Hermenegildo Socas, en Icod de los Vinos, era el autor de las coplas, humorísticas y críticas.

Para llevar a cabo estas denuncias de conductas indecorosas Ranchos, grupos, parrandas de amigos se reunían en secreto y amparados en la oscuridad de la noche, lanzaba unos voladores y seguidamente hacían sonar el bucio... Recordaba Hermenegildo Socas aquella ocasión en que escribió sus últimas coplas...

Y SALIO TIA TOMASA
CON SU OJO DE CRISTAL
DICIENDO QUE SIENTE MUCHO
LA MUERTE DE SU ANIMAL.

Como era tradición en todos los pueblos los jóvenes que no estaban de acuerdo con determinado matrimonio bien sea por la conducta de la chica, por ser forastero el novio, en caso de matrimonio de un viudo o por cuestión de edad, los jóvenes subían a lo alto de la loma y empezaba a pregonar las faltas, ciertas o no, de la joven que iba a casarse.

Según cuenta Alberto Galván Tudela, a principio del siglo pasado, terminaron los lloros con un hecho trágico que tuvo por escenario Taganana... Se celebraban los esponsales, el novio era militar e iba armado cuando empezaron los lloros... El militar espoleado por familiares y amigos y vecinos advirtió:

¡¡Si tiro mato !!!

¡¡Hágalo !!!. ¡¡¡ Mate !!!

El militar disparó matando a uno de ellos....


Tras el suceso llegó la prohibición para dar cencerradas, vulgarmente llamadas lloros, así como disposiciones sobre parrandas, serenatas, ruidos y nocturnos...

ALFREDO AYALA OJEDA