martes, 13 de diciembre de 2016

TIEMPO DE RANCHOS DE PASCUAS

Los Ranchos de Pascuas, aparecen como una variedad de los Ranchos de Ánimas y reciben su nombre por aparecer en Navidades... Las letras originales que interpretaban referidas a los difuntos, se han cambiado por otros sobre la Virgen y el Niño Dios... También, con el paso del tiempo, han ampliado el número de instrumentos sumándose a panderetas, sonajas, triángulos y espadas, instrumentos de cuerdas como timples, bandurrias y guitarras...

Para mejor comprensión del lector debo decir que en los siglos XV y XVI, llegó a la isla de Lanzarote la tradición de los Ranchos. Llegaron de la mano de los Franciscanos y desde ahí se extendieron por el Archipiélago. La nueva sociedad, tras la conquista y colonización, el factor religioso se impuso como elemento fundamental de cohesión y fusión. Los Ranchos de Ánimas recorrían las calles de los pueblos para recoger fondos para abonar a la iglesia las misas de los difuntos...

Para el pueblo llano, tan religioso y honrado como carente de recursos, cumplir el ritual de la propia muerte y la de sus familiares, era grave problema. No bastaba la tierra para proporcionar merecido descanso tras una existencia agobiada por estrecheces, penurias y esfuerzos sobrehumanos. No. Las ánimas exigían oportunas celebraciones religiosas para alcanzar un adecuado reposo eterno. Eso era caro, los gastos seguían agobiando al pobre tanto en su vida como en su muerte y el humilde se veía cargando el saco de la pobreza toda la eternidad…

El Rancho de Ánimas, salían de ronda el día 1 de noviembre con el propósito de recaudar limosnas para las ánimas benditas… Lo hacían noche tras noche, hasta el día 13 de diciembre, festividad de Santa Lucía, en que el rancho, se convertía en rancho de Pascuas y comenzaba a cantar la Natividad de Jesús. Los recorridos por las calles del pueblo terminaban el día 2 de febrero, festividad de la purificación de la Virgen de las Candelas o de Candelaria.


Distintos son los Ranchos que aún perviven en el Archipiélago: Los Arbejales (Teror), Tiscamanita (Fuerteventura), Valsequillo (Gran Canaria), etc.
La última vez que tuve ocasión de grabar al rancho de Teguise, fue en el interior de la Iglesia. Había realizado todos los preparativos para un documental sobre el Rancho de Teguise. Grabé las cuatro partes que abarcan su actuación: Primero, el “corrido”, pausado, ceremonial marca el camino anunciando el sagrado nacimiento de Jesús... Después “El Salto” que revela la alegría de los pastores por la Navidad...Seguidamente desechas y Pascuas... El canto y la música que interpretan es de aparente monotonía realzando el sentido solemne, poético y fervoroso.


Los pastores, danzando ejecutan graciosos y respetuosos saltos y sentidas reverencias al niño Dios. Durante esa danza nunca le dan la espalda al niño.
Los Ranchos son una de las joyas folclóricas de nuestro archipiélago y todos, sin excepción, debemos conservarla.

ALFREDO AYALA OJEDA

lunes, 12 de diciembre de 2016

SOBRE “LAMENTOS Y LLORONAS”

Siempre, siempre, cuando le doy vida a un programa quedan al margen de imágenes y textos aspectos notables que, por ritmo o por no desviar la atención de la línea documental, quedan depositados, como arrinconados, en la memoria del autor...

Hoy, repasando algunos programas de la serie etnográfica “Senderos Isleños”, grabada y emitida en la última década del pasado siglo, me tropiezo de bruces con el grato recuerdo del fenomenal intérprete Ico Arrocha, en aquella ocasión en que se brindó para que pudiéramos recoger el documento de “Lamentos” o “Lloronas”, una antigua tradición que se mantenía viva (1.992) en la memoria de Rafael, que heredó de su señor padre Juan El Canario... Son coplas que interpretaban hombres y mujeres a ritmo de isa en “La Tiñosa”, hoy Puerto del Carmen, isla de Lanzarote...

Foto: Rafael, en genial interpretación de “Los Lamentos o Lloronas”

Las isas “lloronas o lamentos”, fueron un modo de expresar el dolor de la sufrida gente de la costa, por los escasos frutos o bien por la pérdida de algún familiar o amigo en las largas jornadas de pesca...


Foto: Ico Arrocha, dirigiendo la parrandita que nos facilitó el valioso documento

Ico Arrocha, del que guardo un grato recuerdo, nos facilitó todos los preparativos para recoger esta reliquia documental, magistralmente interpretada por Rafael y secundada por otros componentes de la parranda con destacada ilustración... Él, montó la parrandita, seleccionó el lugar de grabación y no contento con ello, hasta hizo de tocador y acompañó con su voz...

Nota: Para ampliar estos datos y ver el documento completo pueden buscar en internet, SENDEROS ISLEÑOS LOS NOVIOS DEL VOLCÁN...

ALFREDO AYALA OJEDA

sábado, 10 de diciembre de 2016

“LA SANTA” EN TÍAS, LANZAROTE

El tiempo, se quiera o no, vuela. Hoy, recordando mis andanzas por dentro y fuera de nuestro Archipiélago, me viene a la memoria aquel encuentro afortunado, con un grupo de jóvenes que con tesón había decidido, mantener viva una tradición heredada de sus padres y abuelos y que, poco a poco, preocupados porque esta tradición tenían los días contados querían mantenerla viva...

El equipo de Senderos Isleños, en su cuaderno tenía registrada las más diversas tradiciones. Algunas ya habían dejado de existir y tuvimos que acudir a la memoria de nuestros mayores para recrearla e intentar recuperarla.

Y así, un día víspera de las Pascuas, con el nacimiento montadito en distintos lugares nos dirigimos para atender la llamadas, el ruego encarecido de Julio Rodríguez que se había enarbolado la bandera para recuperar la vieja tradición de “la Santa” que no es otra que Santa Lucía...

Nuestro recorrido para documentar el capítulo de “Los Novios del Mojón”, había sido amplio. Recuerdo aquella mujer mayor que, mientras hacía sus artesanas rosetas me decía: “Yo trabajaba cosiendo o bordando todos los días del año. Las fiestas no contaban. Pero cuando llegaba el día de Santa Lucía pues ese día era de recogimiento, no se podía enhebrar una aguja, coser, ni uncir los animales. Era fecha que se respetaba...”

Una preciosa y efectiva tradición popular: “La Santa”. Uno de los juegos de relaciones más propios y entrañables de la isla. La investigación y el laborioso trabajo de Julio Rodríguez unido a un grupo de jóvenes de la zona ha podido salvar a la Santa del olvido y, posiblemente, de un absurdo menosprecio en que se encontraba.



Y al caer la tarde, nos desplazamos hasta el lugar siguiendo las señas que nos había facilitado el amigo Julio Rodríguez. Allí estratégicamente preparado una veintena de gente joven, con todo ensayado y medido, empezó el juego... Todos, en corro, mientras la sagrada imagen, adornada con flores silvestres, y una tenue luz procedente de una palmatoria daba sentido reverencial al lugar... 

Primero, jugando a las prenditas donde el acercamiento entre los jóvenes, tal como ocurría en las “velas de paridas” y en otras manifestaciones populares, se producía ese acercamiento entre los jóvenes favoreciendo unas relaciones...

Después de distintos juegos y algunas coplas que despertaban la curiosidad entre mujeres y hombres... Una copla y un responder escuché aquella tarde/noche, en Tías:

ELLA
Ayer tarde me dijeron
que tu no me querías
pero mi gato de mi casa
me miraba y se reía.
ÉL
Cuando paso por tu casa
parto el pan y voy comiendo
para que tu madre diga
que por ti me estoy muriendo.

El encuentro, la reunión, subía de tono... Llegaba la música, y la parranda animaba a los asistentes y para no pecar a la Santa se le daba vuelta y se ponía de cara a la pared y así, ojos que no ven... ya saben...

Pero dentro de esta festividad de Santa Lucía, en el sur de Gran Canaria se celebra con un fiesta de hermanamiento entre Suecia y Gran Canaria. Y aquí, en Santa Lucía de Tirajana, se efectúa el hermanamiento que tiene una larga purriá de años...

Y el día 14, en el mismo municipio se celebra el juicio del Haragán o el machango como popularmente se le conoce. Allí, en público, los letrados condenan al hombre o mujer que representa todos los defectos: Aprovechado, Ladrón, falso... Siempre, el resultado es el mismo. Condenan a la hoguera al Haragán...

Nota: La recreación de estas estampas del ayer cercano pueden verlo en internet: Senderos Isleños Los novios del mojón.

ALFREDO AYALA OJEDA

miércoles, 7 de diciembre de 2016

FALLECIÓ JULIO “EL TIZNAO”

Julio, fue todo un personaje. Caprichoso en ocasiones pero todo un personaje. Me lo presentaron cuando empezó a despuntar este nuevo milenio. Lo conocí, cuando buscaba por distintas bodegas tinerfeñas, un lugar que se pudiera acomodar a las necesidades de un programa dedicado al folclore y a la música popular. Julio, valgan verdades, me brindó toda clase de facilidades... Y, en su generosidad, me dio la posibilidad que aquel pequeño lagar pudiera adaptarlo para hacer realidad “La Bodega de Julián”...

Desde ese momento, en justa correspondencia, le permití que estuviera en el plató al comienzo y al final del programa. Incluso que se bailara las isas finales del programa...



Llamaba la atención, que cuando todos los invitados al programa se maquillaran, él, como si fuera un solista, se ponía en el sillón de maquillaje para que lo dejaran como un pincel.

En cierta ocasión, aprovechando los recursos que se me ponían al alcance, hable con él. Quería, en La Laguna, hacer unas tomas para un programa documental etnográfico sobre la cura de la hernia. Tenía documentación sobre un drago en una finquita que se usó, tiempo atrás, por los vecinos del lugar. Pero el tiempo y la maleza, lo tenían oculto, lejos de la mirada de curiosos... Hablé con él y me consiguió otro amigo, también fallecido y nos pusimos manos a la obra. No fue un trabajo fácil, pero al final, lo conseguimos y pudimos ver y comprobar que las huellas dejadas por quienes padecían de hernia, seguían impresas en el tronco del legendario drago.

Otras veces, llegaba “caliente”, contrariado... “Tengo que hablar con usted”, me decía..
¿qué pasa Julio? ¿Algún problema?
Hombre, pues sí. La gente, los amigos, cuando me ven por ahí paran sus coches y me dicen: “Julio, tienes que salir más en la tele”.
Pero Julio, si eres el primero que sale y a veces te sientas entre el público y el realizador tiene instrucciones de sacarte unas cuantas veces, le dije... Y le añadí. Nada pues ahora saldrás dos veces en el programa. Así que prepara las jarras de vino y en paz...

Así era feliz. Y, la verdad, costaba poco rodearlo de felicidad.

Julio “El Tiznao”, un amigo y un enamorado de las cosas de la tierra.

Descansa en paz viejo amigo.

ALFREDO AYALA OJEDA

domingo, 4 de diciembre de 2016

A PROPÓSITO DE LAS PARRANDAS

Pocas parrandas, según mi memoria, existían en Canarias. Algunas punteras se escuchaban con devoción. Allá por 1.983, al término de la grabación y emisión del mítico Tenderete, solíamos acudir a una sala ya desaparecida Cuasquías” (Cuevas Cáidas) que estaba situado, inicialmente, en la mismita calle de Venegas en Las Palmas de Gran Canaria... Allí se reunían los amigos y solían coincidir parranderos y parrandas que entre palmas y toque, coplas y copas, estirábamos la noche hasta el amanecer. Así, sin más, de manera espontánea, surgió la Parranda Cuasquías y su debut en Tenderete fue todo un éxito... A Cuasquías, se le unió el recordado compositor isleño Sindo Saavedra con numerosos temas pero sobre todo con el Himno al carnaval...

Las parrandas, hasta mediados del siglo pasado, tenían consideración porque ellas recibían los encargos de amenizar los bailes de taifas, reuniones, bodas y bautizos, en barrios, pueblos y pagos...

Pero si bien es verdad que la parranda siempre era bienvenida no ocurría lo mismo con el parrandero. El parrandero, estaba mal visto. Se le temía por su anarquía... Se le evitaba... Era el incordio de turno, el borrachito, la mosca cojonera...

En Fuerteventura, en La Oliva, concretamente, conocí al viejo Esteban Ramírez de León, parrandero de raza que se recorría la isla junto a su cuñado, amenizando aquello bailes de entonces... Incluso, para los programas “Senderos Isleños” y “Canarias Viva”, nos recreó juegos y bailes de taifas con todo lujo de detalles... También a otro parrandero de la zona sur de la isla, el poeta Juan Betancor, me dijo en cierta ocasión y con mucho orgullo cuando lo entrevisté sobre su vida y sus décimas... “Usted ve esos muritos de piedra seca, pues yo me he quedado a "dormirla" al soco en todos y cada uno de ellos...

O el viejo Navarro, cantador de leyenda que entre copla y copla despuntaba el sueño de años apoyándose en bastón... Sobre él, me contó el amigo Pedro Grimón que el viejo Navarro en cierta ocasión llegó de Fuerteventura, expresamente invitado, para participar en la romería del Pino... El calor, las copas y la parranda lo dejaron rendido y buscó donde acostarse... vio una puerta abierta y unas camas litera y allí, sin pensar más entró y se acostó. Cuando despertó se encontró rodeado de agentes de la Guardia Civil y es que se había quedado en el antiguo cuartel de la Guardia Civil...

De ahí, rizando el rizo,viene la anécdota de aquel cristiano, que llegó a casa casi amaneciendo y estaba quitándose los pantalones. Algún ruido hizo cuando se quitaba la ropa para acostarse que la mujer se despertó y con cara de pocos amigo le dijo:

-¿Ahora vienes?

Y el, subiéndose el pantalón, contestó: “No vengo, me voy... No ves que me estoy vistiendo para ir a trabajar...”

Durante un largo tiempo tuve la ocasión de dirigir programas como Tenderete y crear La Bodega de Julián. Siempre encaminé mis pasos para que se formaran parranditas. Así con Tenderete en esta última etapa, se creó la parranda del Millo porque eran componentes del excelente grupo Los Gofiones. Las parrandas daban mucho juego en los programas... Por ello, para fomentarlas, creé otro programa/concurso para televisión Canaria que titulé “Parrandiando”. Era un concurso donde participaban catorce parrandas... Pero las cosas son como son. Programaron el espacio en hora punta y Antena 3 emitía en ese momento una serie que impactó: “Sin tetas no hay paraíso” y “Parrandiando” pagó las consecuencias con una audiencia que estaba en los dos dígitos, pero que se esperaba mucho más.


Sin embargo en otro programa que creé y dirigí, “La Bodega de Julián” se formaron otras muchas parrandas para actuar: “La parranda del Botellín”, “La Parranda del cafetín”, “Parranda de amigos”, “Los parranderos”, “Los Punchas”, “la parranda el Rato”, “El Chirato”, “El Golpito”, “Los turroneros” “Parranda del pueblo”, “Los que no escarmientan”, "Jóvenes Cantadores" y otros muchos... Y es que para mí, en los anárquicos parranderos y sus espontáneas parrandas se encuentra la autenticidad, la verdad...

ALFREDO AYALA OJEDA

domingo, 27 de noviembre de 2016

ALGUNAS TRADICIONES ISLEÑAS

Noviembre, lo reconozco, me tiene atrapado. Con el rabillo del ojo miro los últimos días de Octubre, con sus lunas que enamoran... Las fiestas en torno a las castañas con las tafeñas herreñas, como calendario que marcan los tiempos...

Los finaos, en toda nuestra breve y accidentada orografía... “San Simón, pequeñito y barbudito”, intenso festejo del pueblo más cercano a tierras americanas: Sabinosa... hasta desembocar en el ya tradicional “Tenorio” que polariza la atención en la capital grancanaria.

Y, mientras todo esto sucede, en la intimidad de las bodegas isleñas, rugen los nuevos caldos y empiezan a aromatizarse las calles de Icod de los Vinos, la Guancha, el Amparo, con el roce y fricción de las tablas de tea con el asfalto. Es la fiesta de los mas jóvenes que se deslizan por las pinas calles de estos municipios... Y allá, en el municipio más pequeño de las islas, en el Puerto de la Cruz, las calles van siendo invadidas por los cacharros, otra de las tradiciones de nuestro archipiélago...

También comienzan a escucharse los ensayos de villancicos y las animadas parrandas que hacen sus preparativos para estar dispuestos cuando lleguen las navidades. Y para esas fechas ya empiezan los ranchos de pascuas a preparar su repertorio, en Valsequillo, en los Arbejales, en Teguise, y las tandas en distintos lugares de la provincia tinerfeña.

Tampoco podemos olvidarnos del “Baile del niño” que se representa el día 24 de diciembre en Bajamar, El Sauzal, etc. o el "baile de la cunita", en el interior de la iglesia de Santa María de Guía...

Mientras, en la arena de la playa de Las Canteras, distintos artistas unen sus fuerzas y conocimiento para dar forma al monumental y tradicional Belén de arena.

ALFREDO AYALA OJEDA

lunes, 14 de noviembre de 2016

EL PÁNICO ESCÉNICO

Hay solistas o intérpretes, que son de otra echaúra o como diría la gente nueva, de otra galaxia. Algunos, que todavía no tienen talla para llegar al micro se agigantan cuando están sobre los escenarios o aquellos otros que reúnen condiciones interpretativas de premio y se acojonan cuando, a la hora de la verdad, están antes el micrófono. También los hay que cierran los ojos cuando cantan y quienes le tienen auténtico pánico a estar frente a frente ante el público...

Cuando creé y dirigí el programa de música popular “La Bodega de Julián” contraté un coordinador. Lo conocí de jovencito en Adeje, en medio de uno de los tantos “Tenderetes” itinerantes que monté para Televisión Española en Canarias. Me había impactado su voz y su estilo. Era una voz mas bien pequeña pero con una dulzura exquisita. Recuerdo que, tras el ensayo, le dije: “Mira a la cámara. Desafíala. Enamórala. Rétala. Mantenle fija la mirada...”. Sin embargo, le podía la timidez y mis palabras con la sana intención de darle el ánimo que necesitaba, de poco o nada sirvieron... Cantó un par de coplas y estuvo brillante pero yo sabía que podía dar más de sí... Después, tiempo hubo en que le perdí la pista. Muchas veces, también, acudí a mis dos paños de lágrimas: “El Puncha” y Jaime León, dos amigos que siempre estaban dispuestos para echarme una mano en cosas del folclore. Una de las veces el Puncha me respondió con cierto brillo ilusionado en los ojos: “Ahí sigue, madurando”.

Al poco, lo que son las cosas, en la romería del Pino, en la Villa mariana de Teror, me lo tropecé y tuve ocasión de escucharlo en una parrandita que se montó en el punto de encuentro donde recalan todos los tendereteros: El Puente.

Pero el problema seguía latente. Llegaba animadito y a medida que se acercaba la hora de la verdad, ya estaba con el nervio subido, la voz presa y el temblique como si le fuera a dar el tilingo...

Incluso, recuerdo aquella ocasión en que con todo montado y el ensayo realizado para la grabación de La Bodega de Julián, pues se quedó a medio camino y dijo: “yo no salgo. No puedo”. Nada, no te preocupes, otra vez será...

Se me pareció a aquel famoso torero, que desde el burladero miraba al toro y dependiendo del gesto del animal, decidía si salía o no. Y muchas veces, las protestas fueron tantas que el ruedo se cubrió de almohadillas.

Pero de una manera u otra, el niño que se hizo grande, continúa teniendo una voz y un gusto exquisito para entonar las cosas de la tierra.

Y me llevo la gran satisfacción cuando en algún programa de televisión o de radio, lo veo y escucho.

Y Perdonen ustedes que me reserve su nombre.

ALFREDO AYALA OJEDA

domingo, 6 de noviembre de 2016

FALLECIÓ EL GOFIÓN Y AMIGO TOMÁS ORIHUELA

Gofiones, Sabandeños y un puñado de grupos a partir de mediados de los sesenta, trazaron el camino para recuperar nuestro folclore. Poco a poco, desde distintos puntos de nuestra geografía, se fueron sumando poetas, voces e intérpretes y los aires de la tierras se rejuvenecieron. Tal es el caso del amigo recientemente fallecido Tomás Orihuela, que, en su ciudad de nacimiento, Gáldar, empezó a dar sus primeros pasos en el Orfeón Cardenal Cisneros y más tarde, a mediados de los 60 formó parte de la recién fundada Coral Polifónica de Las Palmas. Poco a poco, cerrando etapas, allá por 1.991 se enroló en el grupo Los Gofiones, donde permaneció durante unos 25 años.

Tomás Orihuela, de trato exquisito y amigo de ley, me sorprendió con sus dotes de reportero en aquella aventura gofiona que se tituló Crónica de la música Popular.

Descansa en Paz querido amigo.

ALFREDO AYALA OJEDA

lunes, 24 de octubre de 2016

EL MAL LO TIENE EN LA VISTA

Esta es una historia que escuché, afinando el oído, en la barra de un bar del municipio de Gáldar. La contaba, a voz en grito y con todo lujo de detalles pantomimos, un hombre de avanzada edad que daba la impresión de haber regateado, con dribling cortos, los reveces que le daba la vida en tiempos no muy lejanos...
Así, comenzó el relato: “Él, era un viejo perrero. Tenía pareja fama de entendido y tramposo. Conocía al dedillo el ambiente que se movía. Nunca lo vi dar un paso en falso. Sabía navegar, con repiquetes incluidos, por los intrincados caminos del trueque y las triquiñuelas... Tenía una gran pasión: los poderosos perros de presa canario y los podencos.


Iba siempre, endomingaito, con su chaqueta de hilo, gastada por el uso y tocado con un viejo y descolorido sombrero de fieltro. En la bocamanga de la chaqueta, una franja negra, de luto, que llevó de por vida por el temprano fallecimiento de su joven madre.
Él, se había criado y educado en la universidad de la calle y al decir de la vecindad era mas despierto que el hambre... Su fama de profundo conocedor de perros de la tierra se extendía a lo largo y ancho de toda la isla. Para cualquiera, tener un perro criado y cuidado por Juanito “El Talento”, era un artículo de lujo. Cuando Juanito buscaba el perro adecuado para que cubriera a un hembra joven ya se apresuraban los amigos para apalabrarle los cachorros.
Un día, desde el otro extremo de la isla, se acercó hasta los dominios de Juanito un, llamémosle “cliente” que quiso endulzarle el oído con una rociada de elogios. Pero Juanito, esta de vuelta. Los ojos del cliente se había clavado en un vistoso ejemplar, serio que tan sólo con ojearlo imponía respeto. Juanito, lo atajó: ¿desea algo...?
-Si, vengo desde el sur y me han hablado tanto de sus perros que he venido dispuesto para comprarle uno de sus ejemplares.

¿uno cualquiera...?
No. Quiero ese que tiene una estampa envidiable.
Usted lo quiere para pelearlo?
No, balbuceó el cliente...
Mis perros, respondió Juanito, no los vendo para que peleen. Yo los cuido mucho y, precisamente, ese que quiere yo no lo vendo. Le puedo ofrecer ese otro... Y Juanito, resuelto, le mostró otro ejemplar abardinado, con carácter...
¿ y cual es el mal que tiene este “bicho”?
¡¡ El mal, lo tiene a la vista!!
Convencido el cliente, arrancó con su perro.
Pocos días después regresó el cliente dispuesto a tener unas palabritas de tono subido con Juanito. Venia caliente, encochinao...
Juanito, me engañó usted... El perro que me vendió está ciego. No ve un carajo.
Sereno, pausado, Juanito le dijo. Yo no engaño a nadie. Yo le dije, cuando usted me preguntó: el mal lo tiene a la vista. Que usted no entienda de perros, es otra cosa...

ALFREDO AYALA OJEDA

miércoles, 21 de septiembre de 2016

LOS SÍMBOLOS, NO SE RESPETAN

No hace mucho contacté con ilustres personalidades con la sana intención de levantar un acta sentimental referente a costumbres y tradiciones sobre el símbolo de Canarias: La Palmera. En mi peregrinar por el Archipiélago tuve ocasión de ilustrarme con Francisco Navarro Artiles que me documentó sobre el uso de las palmeras en los lechos de los barrancos como firmes mojones vegetales que marcaban los lindes... También sobre la leyenda de San Diego de Alcalá...

En la isla de El Hierro, en San Andrés, Tadeo Casañas “El Sabio del Hierro”, me dió toda un sabia conferencia sobre el uso de los troncos de la palmera para colmenas (Corchos), vigas cumbreras, comederos, vasijas para grano, cómodos asientos o frescas esteras artesanas...

Con José Miguel Alzola, en la calle de la Peregrina, en su despacho, me documentó sobre la herencia de las palmeras en las islas. Porque la palmera, se heredaba, se arrendaba, mantenían serventías de paso de aguas, ofrecían el fresco guarapo, obtención de miel de palma, jugosas támbaras y comida para los animales...

En Tazo, Alojera, Tagaluche, Benchijigua, Tamargada, Valle Gran Rey, durante nuestra estancia nos facilitaron el dato que existían en la isla mas de cien mil palmeras que endulzaban el agreste paisaje de la isla...

Pero en mi peregrinaje por las islas, estuve alrededor de los artesanos de la palmera en el Valle de Haría en su afanosa construcción de seretos y en la isla de La Graciosa, Carmen, veterana artesana, trenzaba a la sombrita, brazas de empleitas pa confeccionar los tradicionales sombreros gracioseros...
Recuerdo, en aquellos tiempos, leer aquellos versos del recordado Victor Doreste sobre la Palmera:

Desflecada y bohémica melena,
címbrico pararrayos del desierto.
Monstruoso girasol al cielo abierto.
De la sed del camello verde antena.
De los mares sin agua eres sirena
y mágico clarín en el concierto
que sólo escucha el caminante,
incierto en la desnuda eternidad de arena.
Nido y andén de bélicos halcones son tus palmas,
que alegran los balcones
en el umbral de la Semana Santa.
Por eso: desde todos los rincones de cristiandad,
el hacha se levanta,
y cuanto más te hiere, más te canta.

O estos versos de Juanito Vera, en la Oliva (Fuerteventura)

El día que yo me muera
se mueren mis arbolitos
pues sé que nadie los riega
cómo los regaba Juanito.

Pues yo le hecho poquito
porque sé por experiencia
que cuando se esta flojito
se debe comer poquito
pero con mucha frecuencia.

Todas estas conversaciones con gente dispar me ha permitido hacer algunas incursiones sobre algunos árboles que se han visto al borde de su desaparición o no han podido resistir el paso del tiempo...


Foto extraída de www.laprovincia.es

Hace unos días, con gran alarde tipográfico y sucesión de imágenes dos palmeras gemelas, (las palmeras que inmortalizó el pintor Oramas) y que a finales de los 60 el naturalista Kunkel, intercedió por ellas para que no las engullera el trazado de la autovía a Tafira, quedaron desvanecidas, cuan largas era, en la finca de Pambaso, al pie del risco de San Nicolás. Leí una y otra vez las distintas crónicas de estas palmeras centenarias y se me encogió el alma cuando compruebo que ni los símbolos se respetan.

¡¡¡Qué pena!!! ¡¡¡Qué tristeza!!!

ALFREDO AYALA OJEDA

sábado, 27 de agosto de 2016

MI AGRADECIDO RECUERDO A TENO PÉREZ CRUZ

Éramos unos chiquillos de pantalón corto. Éramos vecinos y compartíamos espacio. Yo vivía en casa de mi abuela Felisa, mi padre regentaba una famosa tiendita que hacía esquina entre la calle del Cuerno y Pamochamoso y él, vivía casi enfrente...

Ni uno ni otro, aventurábamos cual sería nuestro futuro porque eran momentos difíciles... Acababa de finalizar esa maldita guerra entre hermanos y nuestro tiempo transcurría con estudios en el colegio Corazón de María, visitas a las carreras de galgos, en el palacio de los deportes de la época “El Viejo Campo España”, agarradas de lucha canaria, veladas de boxeo, demostraciones de poder y cantos de gallo de riña...

Otras veces, la finca de Valido, nos servía de despensa para trincar algunas piñas de millo para asaderos y barbas de millo para echarnos algún buchillo y aparentar que éramos mayores. También recuerdo con nostalgia aquellas mariscadas con improvisadas fijas para trincar alguna jaca pelúa y algún caboso despistado...

Venían tiempos de cambios... La piqueta del progreso empezaba a cambiar el paisaje y así, sin más, el viejo Campo España se transformaba en la Clínica del Pino; la playa de Lugo se la tragaba la Avenida Marítima y los Arenales poco a poco, los devoraban los Fuentes con su fábrica de ladrillos...

Por cuestiones de economía, mis padres se afincaron en el barrio de las Alcaravaneras y perdí con el amigo Teno, el contacto...

Pero andando el tiempo, en el Rastro, antes de aclarar el día nos tropezábamos con mucha frecuencia. Yo iba a la caza y captura de algún libro interesante y saludaba a Teno, que lo reclamaban los puesteros para ofrecerle algunas fotos viejas que él, religiosamente, pagaba. A veces, rebosando felicidad me mostraba alguna de ellas que, en verdad eran auténticas reliquias... Y poco a poco, no sólo le puso cara al paisaje de las islas sino también, poco a poco, aglutinó un valioso archivo que terminó entregando a la Fedac, para disfrute y conocimientos generalizados...

Teno se especializó en investigación etnográfica y publicó entre otros el valioso y documentado libro “La Vestimenta tradicional en Gran Canaria”, una publicación de obligada consulta...

Teno, con el que conté en distintos programas televisivos como Tenderete, aportó sus conocimientos y magisterio sobre la danza y la vestimenta tradicional... Y nos dejó distintas publicaciones.

Teno, se nos fue, sin apenas tiempo para despedirse. Hoy, nos llegó la triste noticia. Es esa noticia, que no quieres nunca recibir porque entre otras cosas, no solo me he quedado sin un amigo de verdad, sino que todos hemos perdido un valioso archivo...

Que Dios te tenga en la Gloria amigo.

ALFREDO AYALA OJEDA