... El día que Maestro Salvador “el de Abelardo”, se
presentó en el Pérez Galdós…
En el Teatro Pérez Galdós, de Las Palmas de Gran Canaria, un
grupo, creado por iniciativa de Totoyo Millares y que respondía al nombre de
“Los Gofiones”, irrumpía en nuestro panorama musical anunciando su debut a
bombo y platillo… Pocos, ni los mas optimistas, pensaron que andando el tiempo,
Los Gofiones se convertirían en el referente de nuestra música tradicional y
popular…
Por la época que me refiero, el 3 de octubre de 1.968, en el
señorial Teatro Pérez Galdós, un puñado de hombres, con vestimenta “campurria”,
estaban en el firme empeño de andar por veredas y caminos; por pueblos y pagos,
para encontrar las raíces perdidas de algunos de nuestros temas que nos han
dado carácter… El Teatro, estaba de bote en bote… No cabía un alfiler…
Los Gofiones, en los ensayos, estaban que se salían… y eso
en la época de penuria que se vivía corrió como la pólvora por la ciudad y por
el interior de la isla…
El folclore, en esos años estaba casi en manos exclusivas de
la Sección Femenina y venía siendo hora de que toda esa muestra de
sentimientos, de identidad, estuviera enmarcada, dirigida y fomentada por otras
manos más expertas…
Por esa época, estaba de moda la minifalda y el guardia
Gregorio , como ya recordé en otro artículo… La gente moceaba por la calle de
Triana, yendo y viniendo desde el barranco Guiniguada hasta el parque de San
Telmo, echándole el ojillo a las pibas que caminaban en sentido contrario…
Allí, era el momento de suspirar, de enamorar… de buscar compañera “para
siempre”…
Triana era un gigantesco suspiro de corazones que buscaban
el calor de una compañía y, después de unos arrumacos…
Ese mes de octubre, ya nadie iba a la playa. La temporada
con las mareas del Pino, casi terminaba y solo los turistas y unos pocos se
atrevían al baño… Recuerdo una anécdota de un vecino de Las Canteras que vio a
un turista bañarse en pleno invierno, con un frío que pelaba y olas de altura
considerable que se acercó al guardia de la zona y le dijo: “¡saque a ese hombre
de ahí!” ¡¡No ve que va acoger una pulmonía!!!
Y el guardia, ya acostumbrado a estos gestos de valentía, de
ingleses y suecos, le contestó…
¡¡¡Estos turistas, están locos!!!
Pues así era nuestra isla… de ritmo reposado, sin prisas y
con un turismo que cada vez era más numeroso…
Pues volviendo a la actuación de los Gofiones, digamos que
al Teatro Pérez Galdós no se va de cualquier manera… allí hay que acudir con el
trajito de los domingos, de estreno, bien aseadito y todo eso. Claro que las
mujeres jovencitas llevaban la prenda de moda: la minifalda… Era la revolución
ver esas niñas, con soltura luciendo su palmito y enseñando sus cimientos…
Los Gofiones, habían invitado, a un personaje
extraordinario… Era una de las máximas preocupaciones por uno de los cantos mas
tradicionales: “los cantos de trabajo”. Y era una preocupación porque nos
habían invadido las prisas y los rápidos cambios a los que estaba sometida la
sociedad, ponían en peligro esa costumbre.… Y se trajeron como exponente a una
persona de talla… Maestro Salvador “el de Abelardo”…
Todo estaba a punto, el sonido preparado y momentos antes de
subir el telón… Maestro Salvador, que se había dado una vuelta por el patio de
butacas hasta la calle, luciendo su cachorro, su faja, y su Virginio, llegó
alarmado… ¡Don Paco!, ( Paco era uno de los componentes distinguidos de Los
Gofiones y el que lo había invitado a estar en el escenario del Teatro),
¡sáqueme de aquí…!
¡¡¡Pero Maestro Salvador!!! Dijo: Paco…
¿Dónde me has traído? ¿Tú te has paseado por ahí y has visto
el escándalo?
El escándalo, eran las mujeres luciendo, con aquéllas breves
faldas, las pantorrillas…
Sí y qué, Maestro Salvador… ¡es la moda!
¿La moda?, Esto está lleno de putas… ¡¡¡sácame de aquí….!!!
Claro, maestro Salvador llegaba de los altos de Gáldar, era
el hombre rural extrapolado a los nuevos aires que se respiraban en la ciudad…
Se hizo popular por su canto de trabajo “arando con vacas”… andando el tiempo,
el programa Tenderete, lo reclamó, también de la mano de Paco Sánchez… Fue la
primera vez que alguien interpretaba un canto de trabajo en Televisión
Española…
Y, Maestro Salvador, “el de Abelardo”, sorprendió a la
audiencia, con su voz y su estilo inconfundible y aquella frase que se hizo
popular: ¡¡quietas las vacas ahí!!!...
ALFREDO AYALA OJEDA
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