jueves, 16 de abril de 2015

EL CASO DE LA HERMANA DE MARÍA DE LA CRUZ

Me vino al tino una historia que me contó el fallecido periodista conejero Leandro Perdomo poco antes de morir… Estaba en Teseguite, Lanzarote, y tenía la intención antes de que se empezara a rodar Mararía, de hacer un relato corto sobre tan singular personaje… Pero quería escenificarlo y andaba buscando alguien parecido a Mararía…

Y esta idea me ilusionó porque estando en Femes con una poetisa una de sus hijas me dijo: “yo recuerdo que en cierta ocasión fui al hospital a hacer una visita… en la sala había ocho camas, todas estaban ocupadas por gente de aquí… Mi vista fue recorriendo a cada una de las enfermas y unos ojos cautivadores, negros, intensos y vivos, me llamaron la atención… Terminada la visita, llegué a casa y le comenté lo que me había sucedido en el hospital y mi madre me dijo: “¡Es Mararía!”… y por eso empecé a imaginármela a buscarla… y quien mejor para darme este tipo de información que el amigo Leandro Perdomo… Pues durante toda la tarde hable con él y me contó la tremenda y triste historia del “CASO DE LA HERMANA DE MARÍA DE LA CRUZ y que, ahora les relato… Fue un caso que aconteció allá por los años 20 del siglo pasado.

María Cruz, apareció degollada en su casa y comenzaron las investigaciones para aclarar el asesinato… Vecinos, gente con o sin relación comercial con la víctima, que tenía junto a su hermana una modesta tiendita, fueron llamadas a declarar… Todas esas entrevistas no dieron resultado positivo y los investigadores empezaron a cerrar el cerco sobre la hermana de la víctima, porque, según se decía, las hermanas no se llevaban bien… Así que procesan a la hermana, la meten en la cárcel de Arrecife de Lanzarote y, según palabras del amigo Leandro, en la cárcel fue donde se comete el crimen más terrible que se registra en la historia de la criminología de la isla…

A la hermana de María Cruz, la volvieron loca. Un celador o unos celadores, de noche en la soledad de la celda la asustaban con ruidos macabros o voces de ultratumba de la hermana degollada acusándola para que pidiera perdón por su asesinato… Y no contentos con ello, la violaron preñándola y haciéndola parir…así hasta que murió fuera de sí, enajenada y loca.

Pasado el tiempo, se demostró la inocencia de la hermana de María Cruz cuando se recibió una carta procedente de Buenos Aires y en la que un individuo sintiéndose enfermo de muerte, declaró y firmó su culpabilidad junto a otros dos individuos…

“Yo, con distintos testigos de aquel terrible crimen”… me contó un tendero de la zona, que cuando trasladaron al cadáver que lo hicieron en camello, “mi padre me subió a la pela para que viera las piernas de la fallecida…”

ALFREDO AYALA OJEDA

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