"Canarias Viva" fue un serie que se emprendió
para, además de hacer un recorrido con modernos medios por todos los 87
municipios de las islas, recoger la historia, el arte, la curiosidad,
personajes, escritores, paisajes y todo lo que puede dar de si cada uno de
ellos…
Recuerdo cómo la mayor de las curiosidades Caleta de Fuste,
en Fuerteventura, un tractor, pegadito al castillo, empezaba a remover la arena
de la playa para empezar a levantar un amplio recinto turístico que se
conocería, como “el Castillo” y tal es la aceptación del lugar que la
construcción se remonta desde la recogida caleta de la playa hasta lo más alto
de la montaña…
Lo mismo sucedía en otros puntos del archipiélago… En cierta
ocasión, queríamos retratar y contar como vivía la gente del Tablao, de
Garafía, Roque Faro, Franceses, Gallegos…esa cara más oculta o alejada de la
capital de la isla de La Palma. Todavía estaba en uso aquellos encargos que le
hacían al chófer de la guagua, en su recorrido desde estas zonas hasta la
capital…llévele esto a Juanito, él va a recogerlo a la parada o chófer, cuando
esté en La Palma (así llaman a la capital de la isla, los que están fuera del
casco capitalino), tráigame…
Pues bien nosotros, cuando terminamos una de esas jornadas
de grabación, decidimos ir a comer a Roque Faro… la comida suele ser carne de
cordero o cabra, alguna sopa y poco más… Pero tiene un sabor de escándalo… así
que después de comer el primer y segundo plato pues pedí un postre… No, no
tengo nada de postre… miré para la estantería y vi unos duraznos y unas latas
de piña tropical y le dije pues póngame un huevo frito… y claro ante la
carencia, todos pedimos lo mismo…
Esperamos pacientemente que el hombre abriera las latas y
nos trajera el postre…y cual no fue nuestro asombro cuando aparece con una
bandeja y seis huevos de gallina fritos…
No hombre, no…era esto y esto, le explicamos…pero deje los
huevos fritos… los huevos, tenían una pinta del quince… rojos, recogidos,
grandes y apetitosos pues no pudimos resistir la tentación y devoramos los
huevos con rapidez…aquella yema parecía que había que cortarla con un cuchillo…
Y estos huevos de dónde son…y el camarero me dijo, venga pa´cá me señaló fuera
del local a través de la ventana y vi un bando numeroso de gallinas que estaba
sueltas, escarbando la tierra, buscándose la vida…ese era el sabor y el secreto
de aquellos sabrosos huevos.
Después, muchas veces más recalamos por la isla... y una de
nuestras visitas, era ir a Roque Faro a comernos esos sabrosos huevos de la
tierra…
ALFREDO AYALA OJEDA
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