Éramos
unos chiquillos de pantalón corto. Éramos vecinos y compartíamos
espacio. Yo vivía en casa de mi abuela Felisa, mi padre regentaba
una famosa tiendita que hacía esquina entre la calle del Cuerno y
Pamochamoso y él, vivía casi enfrente...
Ni uno
ni otro, aventurábamos cual sería nuestro futuro porque eran
momentos difíciles... Acababa de finalizar esa maldita guerra entre
hermanos y nuestro tiempo transcurría con estudios en el colegio
Corazón de María, visitas a las carreras de galgos, en el palacio
de los deportes de la época “El Viejo Campo España”, agarradas
de lucha canaria, veladas de boxeo, demostraciones de poder y cantos
de gallo de riña...
Otras
veces, la finca de Valido, nos servía de despensa para trincar
algunas piñas de millo para asaderos y barbas de millo para echarnos
algún buchillo y aparentar que éramos mayores. También recuerdo
con nostalgia aquellas mariscadas con improvisadas fijas para trincar
alguna jaca pelúa y algún caboso despistado...
Venían
tiempos de cambios... La piqueta del progreso empezaba a cambiar el
paisaje y así, sin más, el viejo Campo España se transformaba en
la Clínica del Pino; la playa de Lugo se la tragaba la Avenida
Marítima y los Arenales poco a poco, los devoraban los Fuentes con
su fábrica de ladrillos...
Por
cuestiones de economía, mis padres se afincaron en el barrio de las
Alcaravaneras y perdí con el amigo Teno, el contacto...
Pero
andando el tiempo, en el Rastro, antes de aclarar el día nos
tropezábamos con mucha frecuencia. Yo iba a la caza y captura de
algún libro interesante y saludaba a Teno, que lo reclamaban los
puesteros para ofrecerle algunas fotos viejas que él,
religiosamente, pagaba. A veces, rebosando felicidad me mostraba
alguna de ellas que, en verdad eran auténticas reliquias... Y poco a
poco, no sólo le puso cara al paisaje de las islas sino también,
poco a poco, aglutinó un valioso archivo que terminó entregando a
la Fedac, para disfrute y conocimientos generalizados...
Teno se
especializó en investigación etnográfica y publicó entre otros el
valioso y documentado libro “La Vestimenta tradicional en Gran
Canaria”, una publicación de obligada consulta...
Teno,
con el que conté en distintos programas televisivos como Tenderete,
aportó sus conocimientos y magisterio sobre la danza y la vestimenta
tradicional... Y nos dejó distintas publicaciones.
Teno, se
nos fue, sin apenas tiempo para despedirse. Hoy, nos llegó la triste
noticia. Es esa noticia, que no quieres nunca recibir porque entre
otras cosas, no solo me he quedado sin un amigo de verdad, sino que
todos hemos perdido un valioso archivo...
Que Dios
te tenga en la Gloria amigo.
ALFREDO AYALA OJEDA
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