lunes, 10 de noviembre de 2014

Y NO APRENDEMOS...

Ayer, me sorprendió la noticia: “El Día de las Letras Canarias” estará dedicado al poeta grancanario recientemente fallecido, Arturo Maccanti”. Una y otra vez releí el titular. Un sudor frio, angustioso, me sacudió el alma… 

Superficialmente, lo conocí en La Padilla Alta (Tegueste), a donde solía ir a disfrutar con la música y voces de la tierra, que daban sentido al programa folclórico “La Bodega de Julián”. Acudía, normalmente, en compañía  del presentador del programa Julio Fajardo… Maccanti, fue Premio Canarias (2.003) de Literatura. Valiosa su traducción de principales poetas italianos y fecunda su obra literaria que quedó condensada en el volumen “Vivir sobre la vida”. Maccanti, era un referente. Nos regalaba en cada palabra, en cada verso, un trocito de su alma… Para mí, verlo allí, en La Bodega, disfrutando del momento, era todo un lujo…

Andando el tiempo, me impactaron unas declaraciones suyas, que dice bien poco del Gobierno que nos ha tocado sufrir. Un gobierno, que nunca llega a tiempo a las citas urgencias… Un día, harto de tocar en puertas que nunca se abrían, se sentó en el programa  “La Trapera” para hacer pública su lamentable vivir sucesivo…

“Queremos compararnos con Finlandia y allí los poetas tienen hasta su imagen en sellos de correos. Están a años luz de nosotros”… ”Aquí,  a los que nos dedicamos a la  literatura, a pesar de haber cotizado durante más de treinta años, como es mi caso, le deniegan todo tipo de ayudas, y no me conceden, siquiera, una pensión contributiva”…“Los que escribimos somos como albañiles, que construimos el edificio de la Cultura, pero no se nos reconoce nada. Estamos marginados”… recordó que él y su mujer viven  gracias a la pensión de invalidez de ella: “Yo no tengo nada”…  “Más de treinta años cotizando y no hay manera de que se me reconozca nada”… Francamente lamentable.

Hoy, entristecido, indignado, me preocupa la celeridad para apuntarse un millo – como siempre a destiempo- con el dolor y la figura del bueno de Arturo Maccanti. No estuvo nadie a la altura, cuando estaba entre nosotros y ahora vienen las prisas, para rendirle todos los homenajes…  Nunca tomamos notas, ni aprendemos de los errores para romper con lo establecido y hacer estos reconocimientos en vida, cuando el protagonista puede disfrutarlo.

ALFREDO AYALA OJEDA

LA BODEGA DE JULIÁN: WICHO, YAIZA TORRES, ISRAEL ARBELO...



SENDEROS ISLEÑOS: CARPINTEROS DE RIBERA



sábado, 8 de noviembre de 2014

SENDEROS ISLEÑOS: SONES Y SILENCIOS



“LO PRIMERO, EL CORAZÓN…”

Suele suceder, al menos a mi me pasa, que las anécdotas de nuestra gente tienen mucha más gracia que los chistes… Ese pronto isleño, la chispa y la socarronería cuando brota fresca y espontánea, no tiene precio… hace pocos días, repasando uno de los programas de “La Bodega de Julián”, me tropecé con una copla que se cantó precisamente en uno de esos programas donde las polcas y las coplas que se interpretaron tenían cierto tonillo subido… La copla, dice así:

   “LO PRIMERO, EL CORAZÓN;
     LO SEGUNDO, EL TRASERO
     Y COMO ERES MARICÓN
     LO SEGUNDO, ES LO PRIMERO"

Cuando terminó el programa y todos hermanados nos sentamos a cenar una carne con papas, que Julio el Tiznao, el dueño de la bodega y excelente cocinero, le pregunté al intérprete…

-¿De dónde salió esa copla?

-Me la contó mi padre en cierta ocasión. Me dijo que se la había escuchado a usted, una noche como hoy que al terminar la grabación del programa “LA BODEGA DE JULIÁN”, le escuchó a usted la historia del nacimiento de esa copla…

Y, como seguramente, muchos no sabrán de dónde viene, ahora la voy a contar de nuevo…

Resulta que uno de los hombres más grandes de la música popular, se compró una casita a orillas del mar. Allí, nuestro hombre, del que me reservo su identidad, tenía ese domicilio para componer sus temas y reunirse con sus amigos. Grandes ventanales daban al mar y las olas, en la bajamar, besaban suavemente los cimientos de la amplia y vistosa vivienda…

Nuestro hombre y protagonista de esta historia era poeta certero, de verbo fácil y atinado, puso en la puerta de entrada la siguiente leyenda:

“Lo primero, el corazón…" y otro poeta, le completó los versos que le faltaban, dejando la copla de la siguiente manera…

“Lo primero, el corazón/ lo segundo es el trasero/ y como eres maricón/ lo segundo es lo primero”.

Esta anécdota me la contó, precisamente, uno de sus más allegados familiares, en una noche en que, de amanecida, las copas le aflojaron amarras a los íntimos secretos…

ALFREDO AYALA OJEDA

viernes, 7 de noviembre de 2014

EL BUCIO, LA CARACOLA O BOCINA Y LA CENSURA A LA MUJER

Hoy, después de mucho tiempo, rebuscando y ordenando mis papelotes, me encontré un viejo Bucio que use para uno de los 63 programas de la serie de corte etnográfico “SENDEROS ISLEÑOS” que hice para TVE y emití bajo el título SONES Y SILENCIOS…

Lo cierto es que para mí, los programas de la tele se plasman en papel y se escriben con imagen. Este programa se levantó cuando manteniendo una conversación con uno de los folcloristas más interesantes del archipiélago Benito Padrón, desgraciadamente desaparecido, me contó una historia sobre “los margareos o malgareos”. Me pareció dura, cruda la historia y aunque la seguí escuchando con ojos como platos, tenía mis dudas… Pero Benito Padrón, era hombre honrado y sus relatos siempre los entendí llenos de verdad… Reconozco que aunque soy un devorador de todo cuanto se publica sobre costumbres y tradiciones, sobre nuestra especial manera de ser, están metidos entre cejas y coronilla de este “ajuntador de letras”. Repito, yo, la verdad, nunca había oído hablar del tema pero el octogenario amigo Benito tenia la facilidad de contar las cosas con tanto cariño y tan sencillitas que era imposible no atender su conversación. El margareo, consistía en censurar a distintos miembros de la sociedad por tener una conducta dudosa… Era como un periódico social de la época que ponían en práctica, un puñado de hombres, aprovechando la muerte de un animal ( mulo, vaca, toro, caballo), subían al monte y aprovechando el oscuro de la noche comían pimienta de “la puta de la madre” para falsear la voz y que saliera finita… Para alertar a la población hacían sonar repetidamente el bucio. La gente, atenta, escondida tras las ventanas apuraban el oído esperando escuchar las noticias que divulgaban los denunciantes…

Tutututututututu…¡ tutututututut¡¡¡¡¡¡ 

Compañerooooooo…. Saben lo que ha pasado….

( y siguiendo con el pregón repartían trozos del animal muerto haciendo el símil con algún hecho puntual.- Ejm: a quien robaba hierba: “para Ambrosio, con la pata de la vaca le vamos a hacer una “podona” para que siga robando comida para su ganado”…

Pero el escarnio, la burla, la censura, la dureza de estos relatos, caían sobre la mujer a la que no se permitía ningún desliz. Era época en que reinaba el dicho popular “la mujer atada y con la pata quebrada”. Nada que pudiera alterar el orden dictado y establecido por los hombres estaba permitido… besarse en la vía pública o en lugares escondidos; miradas pícaras. La mujer estaba siempre escondida, en un segundo plano. Ya lo decía el refranero: “las mujeres y las vacas hay que buscarla por la raza”…

Estas escenas, han sido repetidas en numerosas ocasiones por el grupo herreño, Tejeguate, que recreó todo cuanto el desaparecido amigo Benito Padrón, indicaba y lo lleva a gala como una parte de su repertorio. Yo, en la Bodega de Julián he tenido una representación de este momento de los margareos que allá a finales de los años 30 dejó de hacerse… Además, la información que recogí, hablaba de incluso tiros…

Pero en otras partes del archipiélago canario como en Fuerteventura, según me relató don Juan Vera Chocho, información contrastada con otros vecinos de la zona del municipio de la Oliva, aquí se le hablaba al bucio y el caracol, hacia de caja de resonancia para que la voz, con eco, salíera irreconocible… Para endurecer la burla, el escarnio, se conocía en la zona como “caracolada” y se efectuaba a la salida de la iglesia cuando los novios salían casados… entonces sonaba el bucio: “no la beses por ahí que la besé yo”…Entonces, invitados y parientes, recorrían el lugar buscando al autor de la crítica… En Tenerife volví a recoger aspectos muy similares con el nombre de “lloros” sobre el cual existe un delicioso y documentado trabajo situado en Taganana, del antropólogo social Alberto Galván Tudela, que recomiendo a cuantos quieran ampliar sus conocimientos. 

El bucio, volviendo a los comienzos del artículo, servía para todo… Era como el móvil de la época que alargaba la voz por laderas y barrancos avisando a la vecindad: anunciaba la entrada y salida del trabajo; para avisar de visitas no deseadas; en El Hierro, subidos en miradores, anunciaban a los pescadores con dinamita, de la llegada de la autoridad; en lugares estratégicos se guardaba una bocina o bucio para ir dando noticias a las familias cuando se emprendía la mudanza desde la zona alta de la isla a la de costa; para censurar conductas indecorosas; para la venta de pescado; para divulgar las fiestas, como es el caso de Las Marías, en Santa María de Guía de Gran Canaria que, cuando conmemora la triste fecha de la llegada de la langosta berberisca quiebran el silencio desde las pinas crestas de montaña Vergara hasta la mismita iglesia guiense .

En fin, el bucio, una joya que marcó un tiempo que desgraciadamente sólo tiene vida en la memoria de nuestros mayores…

Nota: esta historia está recogida en uno de los 63 programas de la serie etnográfica, “Senderos Isleños” que creé y codirigí para Televisión Española. Senderos Isleños, fue un programa galardonado a nivel internacional.

ALFREDO AYALA OJEDA